Jorge “Indio” Vásquez elige a los futbolistas con más cualidades en la Selecta de 1970

El volante salvadoreño habló también sobre su apodo, sobre los rivales en México 70, y otras anécdotas. Si no conociste quiénes eran los más destacados de aquella Selecta, hoy es cuando

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Jorge "Indio" Vázquez vive en Estados Unidos, donde pasa tranquilo en plena pandemia. Foto cortesía J. Vásquez

Por Robbie Ruud | Twitter: @RobbieRuud

2020-06-10 5:25:13

Jorge Alfredo Vásquez nació un 23 de abril de 1945 en Santa Ana. El “Indio” fue un aguerrido volante de marca y también en ocasiones cumplió como defensor central. Orgullo de la Universidad Nacional también, el espíritu de combate de Vásquez le llevó en poco tiempo a la Selección Nacional, donde fue capaz de transformarse en uno de los inamovibles en el centro del campo. Su esfuerzo encomiable y calidad le llevaron a disputar los JJ.OO. del 68 y también en la Copa del Mundo 1970, jugó también en Municipal Limeño, ANTEL y Platense.

“De mí se burlaban mucho ‘Solo hace falta que saque el arco y nos tire flechas a todos’, así me decía Lito Robles. Si es que hay gente que me llamaba hasta ‘indígena’, pero yo no tenía ningún problema con eso. Las amistades me dicen así; todos los que jugaron conmigo o en contra mía fueron mis amigos. Sergio Méndez, ‘Pachín’ González, tantos colegas… Pero quiero aclarar que no soy del campo, yo soy de la ciudad, nací en el Barrio San Miguelito, en Santa Ana. Mi apodo no tiene que ver nada con que yo fuese mal intencionado, brusco o tosco. Desde que estuve en la UES recuerdo que nos decían ‘No hay que entrar a golpear, pero si quieren chocar, choquen, pero no vayan a quebrar a nadie’. Indio es por mis físico”, cuenta Vásquez.

Tocando el tema de la brusquedad y la violencia para jugar, el ‘Indio’ recuerda también: “Repasando se me viene a la cabeza Ricardo Ruballo, en los tiempos de Rafael ‘Calandria’ Melgar. ¡A ese muchacho sí había que apartársele!”, relata.

Sobre el rumor generalizado acerca de que nadie protestó por el cambio brusco de entrenador en la Selecta rumbo a México 70, Vásquez responde: “No todos estábamos de acuerdo. El coronel Mario Guerrero y el resto de federativos siempre salieron delante de nosotros. No podíamos ponernos en contra de don Hernán porque es una buena persona, pero él no había buscado quitar a Bundio, estoy seguro de eso. Los federativos hicieron lo que quisieron, no pudimos hacer nada al respecto”.

Pie de foto: El chileno Hernán Carrasco (al centro) da indicaciones a los jugadores de la Selección en su segundo entreno al mando del grupo, a mediados de 1970. Atrás, a su derecha, su auxiliar Isaías Choto y a su izquierda, el preparador físico paraguayo Sindulfo Aveiro Stark (lentes). Foto: Hemeroteca EDH

También agrega: “Nosotros no fuimos a paro, y eso influyó; creyeron que Bundio apoyaba nuestra demanda propia del premio por clasificar y otras recompensas. Bundio no metió mano, no pensó en nada de eso, fue algo acordado por jugadores únicamente con la federación antes de las Eliminatorias. Por eso creo que lo echaron. Al final, antes del mundial los terminamos obligando (a los federativos) a pagar”.

Vásquez también responde a esa situación que muchos se animan a relativizar, el funcionamiento que había con el entrenador argentino y el que hubo tras la elección del técnico chileno. Sobre esto, el “Indio” nos ilustra: “Cuando llegó Carrasco la cosa funcionó un tanto distinta. Creo que don Hernán era más defensivo, mi intuición es que los directivos de Marte también lo convencieron para agarrar el mando de la Selección. Quienes llegaron de Marte lo hicieron bien, pero no deja de sentirse uno mal por quienes continuaron en el grupo. Eso sí, creo que no afectó en general, porque nosotros estábamos muy atrasados en temas de táctica, así que no hubo gran diferencia en la forma de jugar con Carrasco. Ahora creo que hay más cuidado con la táctica, eso ha evolucionado mucho. Quiero destacar que no hay nadie del equipo quien haya dicho que no quería a don Hernán, todos le respetamos por buena gente, por cómo es él”.

Ya en el mundial, Vásquez, así como varios de sus camaradas, coinciden en quién fue el mejor rival al que enfrentaron: “Para mí Bélgica fue el mejor equipo contra el que jugamos, muy fuertes y con gran técnica. Yo vi a los de la URSS un poco más fríos, y con menos técnica, pero con grandes físicos. Uno no podía ir con mala intención porque había muchos ojos observándonos, pero a quien sí me dieron ganas de pegarle un toque fue al árbitro que tuvimos contra México. Con los mexicanos tenemos una gran rivalidad. Desde que la Selección jugó en el NORCECA contra México luego en amistosos ¡nombre! uno iba con todo, pero con todo, eso no tenía nada que ver con la ‘misión’ de lastimar, eso no”.

Bélgica contra El Salvador.

Algo que aún no habíamos preguntado a nuestros héroes mundialistas fue en relación a los balones que ocuparon cuando empezaron a jugar versus con los que terminaron descosiéndola en la cancha al final de la carrera profesional. Probablemente los mundialistas de la Selecta de 1970 fueron quienes más cambios vieron que se introdujeron en el fútbol, y varios de estos aspectos se mantienen hasta hoy en día. “En los últimos torneos ocupamos al jugar una pelota que no se llenaba de agua, pero en los primeros años usamos las que agarraban agua cuando llovía ¡jaaaa! era bien fácil lesionarse el pecho del pie si uno no tenía la técnica adecuada para pegarle. La del mundial de México 70 fue un balón sensacional, pero las de ahora ya parecen buscaniguas (risas) uno no se sabe a dónde van a ir, son bien livianitas. Pero mucho antes con suerte uno la hacía pasar de la media cancha”.

Como la desinformación sobre los equipos de fútbol de Centroamérica era grande en aquel tiempo, nadie ajeno a estas tierras dimensionaba la calidad de futbolistas a quienes enfrentarían en la cancha. “Nunca coincidimos con extranjeros que quisieran autógrafos nuestros o una foto con nosotros, pero siempre había un grupito de salvadoreños en el exterior, a donde quiera que jugáramos. Recuerdo que en el motel para el 70 nos visitaban y nos quedábamos platicando con ellos, nos sentábamos un rato para saludarlos y conocerlos. Nosotros no teníamos limitaciones con nadie, y el entrenador no ponía restricciones de ninguna índole. A veces hasta la habitación de nosotros iban a platicar tranquilamente, pero bueno, tampoco digo que había 20 personas en mi cuarto (risas). Ahora como todo es más profesional es bien diferente, porque acuérdese que uno antes trabajaba o estudiaba, porque si uno no hacía algo fuera del fútbol pasaba grandes dificultades”.

Jorge Vásquez, penúltimo de izquierda a derecha en la fila superior, en un juego con Selección Nacional. Foto: Internet

La mayoría de salvadoreños hemos visto poco o nada de los seleccionados de aquella generación. El “Indio” Vásquez nos hace un favor técnico y táctico para conocer un poco más sobre quiénes fueron los especialistas y en qué rubro.
Estas son sus apreciaciones:

“Uno de los más rápidos de la Selección era Elmer Acevedo. Yo lo veía muy bien a ese muchacho”.

“El más fuerte de nosotros era ‘Mon’ Martínez. Quien lo tocaba en la cancha le daba más mecha a ‘Mon’, y él no se le encogía a nadie”

“El más habilidoso me parece que fue Salvador Flamenco, era buenísimo dominando la pelota, de mucha calidad. También estaba en esa categoría Jaime Portillo”.

“En pelota parada el mejor era ‘Mon’ Martínez, le pegaba bien fuerte al balón”

“El más pacífico, calmado y tranquilo fue Roberto ‘Burra’ Rivas, ese muchacho no le decía nada a nadie. Nos conocimos desde antes que jugáramos profesionalmente. A la ‘Burra’ Rivas no se le veía una reacción agitada contra alguien, lo mismo puedo decir también de Mauricio Manzano, otro quien era calmadón. A veces yo tenía que levantarme a quien le entraba en cancha a Manzano porque él no devolvía ninguna de las que le hacían, no se vengaba de nadie”.

“Bueno, permítame decirle que yo era quien más les gritaba a todos (risas), incluso a Mariona. ‘Te respeto Chamba, pero haceme caso’, le increpaba. Todos teníamos una gran confianza en nuestro gran Back Central”.

Gualberto Fernández siempre era quien más jodía, yo en ese tiempo aceptaba lo que él me dijera; mientras nadie me pegara una patada no había problema (Risas). En las concentraciones siempre ‘El Pulpo’ se divertía jodiéndonos, y por supuesto nadie se enojaba con él, todos lo tomábamos con humor”.

Vásquez cuenta que, a diferencia de ahora, en la generación que jugó la Copa del Mundo de México 1970 no había ningún futbolista de campo quien quisiera tapar en el marco “ni por fregar”, y mucho menos alguien quien se quitara los guantes y compitiera con ellos fuera de la portería, los arqueros no inventaban ser jugadores de campo, ni uno solo. Ni por diversión ni por pedido de don Hernán Carrasco.

Las personas mayores quienes no veían los partidos de fútbol de antaño, no tan fácil se hacen una idea de quiénes fueron nuestros héroes mundialistas. Pero tampoco los más jóvenes tienen una opinión formada porque el material audiovisual sobre aquellos gloriosos días escasea muchísimo en internet. “No era tan fácil tener televisor en aquel tiempo (risas) yo compré una tele pequeña porque no quería que mis hermanos anduvieran viendo los partidos por cortinas de otra gente fuera de la casa. En 1963 no cualquiera tenía televisor, eran pocos vecinos. Fue un Zenith. Lo recuerdo muy bien”.

El “Indio” Vásquez clarifica su voz y trata de no descomponerse cuando se le pregunta sobre aquellos objetos valiosos de sus aventuras futbolísticas en tierras mexicanas. Dice que no tiene casi ningún recuerdo porque en una casa que tenía en la Santa Alegría, Ciudad Delgado los ladrones se llevaron una caja grande con sus sacos, camisolas y hasta recuerdos de los JJ.OO.

Jorge Vásquez, con ojos cerrados en la fila superior, vistiendo los colores del equipo de Universidad Nacional. Foto: Internet

Relata que los amigos de lo ajeno lograron levantar los balcones de su antigua casa e introducirse en la misma: “Perdí casi todo, salvo algunas imágenes. Mi hija me consiguió varias fotos y algunas cosas que tengo en las paredes ahora”, dice el exvolante de marca de la Selecta.

Vásquez se pone un poco triste también cuando se recuerda cómo se despidió del fútbol profesional. “Cuando me retiré no le dije a ningún directivo. Ni siquiera fui al estadio después. Me retiré en el 79, cuando estaba Quartarone en Platense. Me debían salario y querían pagarme el último mes con la condición de seguir en el equipo. Decidí mejor irme, y me quedaron debiendo”, narra.

Ahora el exvolante de la Selecta tiene ya varios años de vivir fuera del país, y viene acá solo por turismo, aunque ahora con esto de la pandemia quién sabe cuándo regresará de nuevo. “Me vine a Estados Unidos a vivir por primera vez en 1977, pero con mis hijos y mi señora sufrimos, no nos gustó, el trabajo que nos tocaba hacer era muy pesado. Entonces preferimos regresarnos. Yo venía con dos hijos, y volví con una más, mi hija. Cuando estalló la guerra en 1980, les dije a mi esposa y mis hijos que nos íbamos para no volver, fue el 10 de diciembre de ese año. En la actualidad regresamos como mucho a pasear, pero de quedarnos a vivir ya no”.

Por último, Vásquez habla sobre el futbolista que se separó del grupo hace ya más de cuatro décadas, de quien nadie tiene ni una sola pista. Es probable que el “Indio” sea la última persona quien vio a un sensacional futbolista de Selección quien por razones que desconocemos buscó alejarse por completo de la esfera mediática salvadoreña. “La última vez que vi a Ernesto Aparicio fue en el Parque Crocker en Sacramento. Platiqué con él y le dije que fuéramos a El Salvador para una celebración de aniversario de la Selección en los años noventa, pero puso un montón de excusas y no quiso ir. Antes también lo había visto a ‘Neto’ en Indiana, pero de ahí yo no lo volví a ver nunca más. Él era muy bueno, humilde y buena onda, un gran talento de Atlético Marte. Desapareció del radar de todos nosotros los mundialistas, Aparicio se vino como en el 73 a Estados Unidos. En el Siglo XXI, no sabemos nada de él”, concluye.