¿Qué sería de las pastas sin la salsas? ¡Ni pensarlo! Son estas las que realzan la textura y el sabor de los espagueti, las pizzas, el fettuccine, la lasagna, el rigatoni, los caneloni, farfalle, tagiatelle y muchísimas otras más. Un ingrediente estrella, sin duda alguna.
Para los expertos gastronómicos la simbiosis entre pasta-salsa es tan importante que una depende de la otra. Sí, muchos de los caldos creados por los italianos fueron destinados a un tipo específico de pasta; de esta manera, las más espesas acompañan a las pastas gruesas y largas y las más ligeras son ideales para los espaguetis finos.
Es tan amplia la carta de salsas que como base puedes encontrar más de 15 tipos de ellas, entre las más conocidas están la Carbonara, Boloñesa, Pesto, Putanesca, Alfredo, entre otras. Los ingredientes pueden ir desde los más básicos —como el tomate, ajo y aceite de oliva— hasta aquellos más peculiares como las anchoas, panceta o chiles picantes.
Compartimos cuatro salsas básicas de la gastronomía italiana. Cualquiera que aprendas a elaborar, darás un toque especial a tu plato favorito. ¡A saborear!
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BOLOÑESA
Ingredientes:
300 g de carne picada
150 g de panceta
1 zanahoria en trozos
1 tallo de apio en trozos
1 cebolla picada
300 g de salsa de tomate natural
½ vaso de vino tinto
1 vaso de leche entera
2 cucharadas de aceite de oliva
Sal y pimienta
Procedimiento:
Calienta una sartén con aceite de oliva. Coloca la cebolla, la zanahora y el apio. Cuando estén sofritos, agrega la carne, la panceta, el vino y salpimienta al gusto. Mezcla bien los ingredientes hasta que la carne comience a dorarse y el alcohol se evapore. Agrega la salsa de tomate natural y cocina durante una hora. Agrega la leche para restar la acidez y cocina durante una hora más.