El 10 de junio de 1970, ante los ojos del mundo y sobre el césped del estadio Azteca, la primera generación dorada del fútbol salvadoreño cerró un ciclo histórico y marcado por el éxito internacional. El pitazo final del partido ante la Unión Soviética, con derrota 2-0, se terminaron cinco años maravillosos en los que la Selecta se posicionó como el primer equipo de Centroamérica que alcanzó la élite del balompié y uno de los más fuertes de la Concacaf de aquellos tiempos.
Este partido fue el final de un camino que arrancó con el exitoso campeonato del Norceca 1964, que continuó con la insólita clasificación para los Juegos Olímpicos de México 1968 y que se consagró heroicamente con el boleto para su primera justa mundialista, lapidando a Honduras y Haití en dos choques memorables disputados en 1969.
Juntos, los mundialistas del ‘70 forjaron uno de los grandes mitos del deporte nacional y, quizás, sin saberlo, ya estaban consolidados como en la primera generación dorada del fútbol salvadoreño. Con un primer tiempo remarcable ante México y emulado tres días después ante la URSS, ambos equipos ganadores esa serie, quedó constancia ante el mundo de las cualidades de “Araña” Magaña, “Ninón” Osorio, “Chamba” Cabezas, “El Indio” Vásquez, “Mon” Martinez y compañía.