Carmen Aída Lazo, ESEN: No se puede hablar de una reapertura sin tomar en cuenta al sector informal

La decana de Economía de la ESEN plantea que es fundamental contemplar campañas de información sobre los protocolos a seguir en el sector informal. Además, cuestiona que el transporte público se reactive hasta julio, según la propuesta discutida.

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Para una reactivación económica debe tomarse en cuenta al sector informal, dicen especialistas. Foto EDH / Jessica Orellana

Por Nancy Hernández

2020-06-09 7:42:26

Cuando El Salvador entraba a su día 80 de cuarentena, el Gobierno inició reuniones con representantes de diversos sectores para discutir la reactivación de la economía salvadoreña a partir del 16 de junio de forma gradual y en cuatro etapas de 21 días cada una. Sin embargo, la fecha está sujeta a cambios por el Ejecutivo y condicionada en la curva de contagios de COVID -19.

Consultada al respecto, Carmen Aída Lazo, economista y decana de la Escuela Superior de Economía y Negocios (ESEN), manifestó a El Diario de Hoy que la propuesta a la que se llegó el lunes es similar al dictamen N °648  que contiene la Ley Especial Transitoria de Emergencia por COVID-19 Atención Integral de la Vida y la Salud y Reapertura de la Economía.

Dicha normativa, precisamente, contó con propuestas hechas por la ESEN y el INCAE.

“Me da la impresión que esta propuesta tiene las mismas etapas que ya tenía el decreto 648 que aprobó la Asamblea y tiene cuatro fases con el mismo periodo de tiempo, lo que se puede hacer es aprovechar las similitudes con todas las anteriores para tener una propuesta país porque parece que no hay mayor diferencia”, explicó.

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Además, la economista consideró que en la mesa técnica se están dejando de lado factores de suma importancia para la reactivación económica, como el transporte público y el sector informal.

Según la propuesta que es discutida, el transporte colectivo solo se incluiría 21 días después de la reapertura económica. Dentro de la mesa se creó un comité específico para tratar el tema debido a su complejidad.

El transporte público empieza a funcionar hasta julio, eso es complicado y se debe de priorizar desde antes el establecimiento de protocolos porque de lo contrario no se podría hablar de una fase de apertura sin que se tenga claridad del tema de transporte porque mucha gente lo usa para llegar a sus trabajos”, dijo.

También enfatizó en la importancia de tener en cuenta el sector informal, pues es una de las principales características de la economía salvadoreña, pero en la mesa sectorial no hay representación de este rubro.

“Es importante recordar que el 70 % de las personas que trabajan en el país es del sector informal y en las medidas tiene que ser tomados en cuenta justo las características de la economía salvadoreña. Es importante que estén los sectores que tienen que abrir”.

Señaló que no funciona tener en empresas protocolos estrictos si, por ejemplo, en el sector informal no hay, pues esto puede provocar olas de contagios en un futuro.

“No se puede hablar de una reapertura donde se tome en cuenta solo al sector formal, se tiene que considerar que la mayor cantidad de personas viven de las ventas ambulantes y para ellos es fundamental las campañas de información sobre los protocolos, las medidas que hay que tomar para mitigar el riegos deben de responder a la realidad del país”, agregó.

Además, consideró que en paralelo a las negociaciones para abrir la economía deben de implementarse las campañas de información masiva para informar y educar a la población sobre las medidas de prevención y los procesos adecuados de desinfección.

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“La población no puede estar eternamente encuarentenada porque ya vimos las consecuencias que eso puede tener mental y económicamente”, manifestó.

El analista económico Manuel Enrique Hinds también ha cuestionado algunas propuestas en la mesa técnica hasta el momento. Dijo que evidencian que el Gobierno no conoce nada sobre la cadena de valor pues quieren abrir un porcentaje de la economía dejando de lado (hasta la Fase 2) al transporte público, que es vital para movilizar a los salvadoreños que regresen a su trabajo.

“Eso es como decir que van a reactivar los órganos del cuerpo, pero que la sangre no va a circular”, afirmó Hinds.

Desde el pasado 7 de mayo, el Gobierno no permite la circulación del transporte público como parte de las medidas de cuarentena. Foto EDH / Jessica Orellana

Semanas atrás, el presidente del consejo directivo del INCAE, Roberto Artavia, reconoció que gran parte del sector productivo del país está en la informalidad, por lo que se necesitan medidas mucho más drásticas para que la reactivación económica pueda realizarse en un ambiente confiable.

“No hay que soltar ni un minuto la campaña activa de concientización pues esto puede durar muchos meses y a nivel de empresas, hay que ponerse a trabajar”, señaló. El lavado de manos y la distancia social son solo dos medidas básicas en las que tanto autoridades como empresas deberían mantener una fuerte campaña de educación.

La próxima reunión de la mesa técnica se realizará mañana miércoles.

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Pobreza de un 50% en hogares y otras consecuencias de paralización económica

Carmen Aída Lazo también reiteró la preocupación por la caída de los ingresos de los hogares dado que muchas familias están pasando el umbral que los coloca en situación de pobreza.

“La pobreza incluso podría llegar a ser en un 50 % de los hogares, podría aumentar sustancialmente como no se ha visto en décadas porque al tener paralizada la economía se caen los ingresos de los hogares y eso hace que no puedan estar cubriendo sus necesidades básicas, eso es un exceso de carácter social y económico trascendental porque una caída en la pobreza de los hogares hace que tenga secuelas de largo plazo incluso en los miembros del hogar porque hay menos inversión en educación, en salud”, manifestó.

Decenas de familias han salido a las calles para pedir ayuda ante la falta de alimentos. Foto EDH/ Jorge Reyes

Aseguró que el país corre un enorme riesgo en reducir la calidad de vida de las familias salvadoreñas.

Una segunda afectación está en la fragilidad de las finanzas públicas y sostenibilidad porque a causa de la paralización económica se ha recibido menos recaudación fiscal de lo que se esperaba.

“En el último mes el ministerio de Hacienda evidenció que se tenían 281 millones menos de lo que se estaba presupuestando y según estimaciones podría ser que para el siguiente mes pueden ser más de 800 millones de dolares de lo presupuestado para 2020″, explicó.

Esto se traduce en menos ingresos del Estado y mayor presión de gastos, por tanto mayor necesidad de endeudamiento del país.

Según Lazo, es posible que el endeudamiento alcance un nivel histórico y que a finales de este año la deuda país llegue a más del 90 %, la consecuencia de ello es una mayor fragilidad en las finanzas publicas. A largo plazo el efecto es que el Estado tendrá que dedicar más fondos al pago de interés por préstamos y menos a proyectos sociales o ramos como salud, educación y seguridad.

“Si la economía está parada se reducen las exportaciones. Las exportaciones han caído sustancialmente a causa de la paralización y eso afecta la macro economía del país”, advirtió también.

De igual forma, esto provocaría una reducción del bienestar de los hogares, sobre todo aquellos más vulnerables porque tienen menos capacidad de hacer frente al día a día ante una súbita reducción de ingresos, esto conlleva a una mayor desigualdad social.

Medidas para apalear los efectos de la pausa económica

Para la decana de la ESEN, uno de los mecanismos que se podrían implementar es que el Gobierno priorice gastos y evitar el  despilfarro. También es necesario que el Ejecutivo mande un mensaje de respeto a la institucionalidad, de apego a la ley porque al no hacerlo se afecta la imagen del país en el mercado internacional y no se podrán obtener ayudas o fondos ahora que serán necesarios.

“Esto es más una voluntad política, de mandar un mensaje que hay un respeto a la institucionalidad democrática del país”, dijo.

También aseguró que se debe de mejorar sustancialmente el clima de negocios y buscar inversiones que ayuden a estimular la economía. Ante esto aseguró que los más importante es tener un plan de reactivación de la economía ordenada, gradual y flexible, además de la educación de la población y revisión de protocolos internacionales porque existe la posibilidad que se tenga que volver a cerrar o reducir la actividad económica para evitar nuevos contagios.

Aseguró también que el turismo es un sector importante en la economía salvadoreña, por tanto necesitará de bastante apoyo y flexibilidad porque podría contribuir a una estabilidad económica, siempre acatando los nuevos protocolos sanitarios.

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