Veterinario y asesora de imagen venezolanos dirigen mesa de crisis por COVID-19, según documento
El Gobierno ha delegado funciones que no le corresponden por ley a terceros, dos asesores venezolanos del presidente, para el manejo de pruebas de COVID-19, según un reporte que se ha divulgado recientemente.
Casa Presidencial mantiene como encargados de la mesa de crisis y pruebas del COVID-19a un grupo de venezolanos, según documentos que se han conocido recientemente. Por ley, esas funciones le corresponden al Ministerio de Salud tutelarlas, han explicado especialistas a El Diario de Hoy.
Tres abogados consultados por El Diario de Hoy sobre la información que revela el memorando 2020-9200-200, que ya circula en redes sociales, coinciden en que los “delegados de CAPRES” han estado entrometiéndose en funciones del Ministerio de Salud y, específicamente, con el quehacer de personal técnico del Departamento de Laboratorios de Vigilancia de Salud Pública.
Rodolfo González, ex magistrado de la Sala de lo Constitucional, opinó que el simple hecho de que haya personal extranjero colaborando con alguna dependencia gubernamental no es ilegal, pero sí puede ser un problema de país en términos del Derecho Constitucional de acceso a la información y al derecho que tiene toda la ciudadanía de estar informados, si se ha traído a esas personas con la finalidad de incidir en las personas encargadas de recopilar los datos y de transmitirlos de forma certera y fiable.
Ese grupo de venezolanos o “delegados de CAPRES” es el que dirige a funcionarios y empleados del Departamento de Laboratorio de Vigilancia de Salud Pública. Lo hacen emitiendo indicaciones de manera verbal o a través de mensajes de WhatsApp, según el documento divulgado.
Lo anterior quedó expuesto en el memorando 2020-9200-200, con fecha de envío del del pasado 1 de junio a la subdirectora del Instituto Nacional de Salud, firmado por la coordinadora de Virología, Delmy Lisseth Recinos de Valdez, la jefa de Laboratorio de Vigilancia en Salud Pública, Ruth Carolina Vasquez Cordova y la jefa de Departamento de Laboratorios de Salud Pública, Mónica Jeannette Barahona.
A estas dos últimas funcionarias se les intentó contactar, sin embargo, no respondieron los teléfonos celulares.
En el documento, las profesionales salvadoreñas se refieren a los venezolanos Sara Hanna y Miguel Arvelo, como “delegados de Casa Presidencial” y como los encargados de la mesa de crisis.
De acuerdo con fuentes de este Diario, Sara Hanna es la misma persona que el periódico digital El Faro menciona en un reportaje publicado el 11 de febrero de 2019, titulado “Nayib Bukele compartió asesores con la oposición venezolana y el PRI de Meade”, mencionándola como asesora política, vinculada a la oposición venezolana.
Hannes y Arvelo son quienes dan las órdenes de qué pruebas hacer y cuáles no, según ese documento. Por ejemplo, el pasado 23 de mayo, Sara Hanna le ordenó a la sección de Virología que procesara con prioridad las pruebas de ese día y las del siguiente y que dejara pendientes (sin hacer) 1,674 pruebas que habían sido tomadas en fecha anterior al 23.
Lo anterior, de acuerdo con médicos consultados, podría explicar por qué a algunas personas en los centros de retención les han hecho una y otra vez y nunca les han dado los resultados.
Al día siguiente de recibir esa orden de Sara Hanna, a la misma sección de virología se le indicó que únicamente debía recibir y procesar las muestras programadas en el cronograma elaborado por la mesa de crisis, que dirigen los “delegados de CAPRES”, según el mismo memorando.
La indicación consistía en que se dejara de recibir las muestras para COVID-19 que provenían de hospitales y unidades de salud, las cuales constituyen la “vigilancia centinela de pacientes”. Es decir, solo se tenían que hacer las programadas según el cronograma de los venezolanos.
Frente a la falta de rendición de cuentas del Ejecutivo, manipulación de datos y atentados a los DDHH, señalamos: ? pic.twitter.com/fK73Cph0AM
De acuerdo con profesionales de laboratorio clínico del ministerio de Salud, la vigilancia centinela se orienta a monitorear tendencias de la ocurrencia de un evento para identificar niveles de riesgo y generar así, alertas epidemiológicas, en otras palabras, ver dónde hay brotes de la enfermedad que se vigila, en este caso, el coronavirus.
El 26 de mayo, los mismos “delegados de CAPRES”, en referencia a Sara Hanna y Miguel Arvelo, reiteraron la indicación de no recibir muestras de laboratorio que no estuvieran dentro del cronograma elaborado por la mesa de crisis. Es decir, que se continúo sin hacer muestras que llegaban de hospitales y unidades de salud.
En esa ocasión, la indicación llegó con un llamado de atención por haber procesado muestras que no estaban incluidas en el cronograma, a pesar de que en ocasiones anteriores, Arvelo les había manifestado que las muestras de vigilancia centinela procedentes de hospitales y unidades de salud podría ser recibidas y procesadas ya que constituían muestras de pacientes sintomáticos.