Santiago Meza López “El Pozolero”, se dedicaba a la albañilería que vivía en Tijuana, frontera con Estados Unidos.
Para la policía el hombre parecía pacífico sin embargo, su apodo lo identificaba, ya que en sus acciones más brutales, las autoridades determinaron que Meza se dedicaba a disolver los cuerpos de los enemigos del Cártel de los Arellano Féliz en tambos llenos de soda caustica.
El hombre recibía 600 dólares semanales por su trabajo.
En México, el pozole es un platillo local altamente apreciado en la cultura nacional, que se prepara con maíz, chile y carne de cerdo. Así como Meza, tenía una receta peculiar.
Autoridades descubrieron que el hombre llenaba hasta la mitad una tina con capacidad para 200 litros, luego dos costales de soda caustica y al final los pedazos de cuerpo descuartizados.
Entonces dejaba hervir la mezcla en el fuego por ocho horas para que se desintegraran casi por completo. Lo poco que no se quemaba, como los dientes, las uñas y pedazos de huesos, los llevaba a un terreno baldío donde los quemaba con gasolina y luego los enterraba, relató Infobae.