El anisakis, un parásito que anida en el pescado y los cefalópodos (como pulpos y calamares) y que causa alergias y alteraciones digestivas en los humanos, es 283 veces más abundante que en 1970, un aumento que no solo tiene importantes implicaciones para nuestra salud, sino también para los mamíferos marinos, advierte un estudio de la Universidad de Washington.
El trabajo, publicado este año en la revista Global Change Biology, alerta que el anisakis —que se transmite a los humanos al comer pescado o cefalópodos crudos, poco o mal cocinados o que no hayan sido previamente congelados— ha aumentado su presencia en los mares de manera “dramática” en los últimos 40 años.
Numerosas investigaciones previas han revisado la abundancia del anisakis en lugares y momentos particulares, pero este es el primer estudio que combina los resultados de esos trabajos para analizar su evolución y sus consecuencias en las últimas décadas.
Se puede encontrar en una gran variedad de especies marinas y cuando las personas lo consumen, el parásito puede invadir la pared intestinal y causar síntomas parecidos a los de una intoxicación alimentaria como náuseas, vómitos y diarrea.