Se cumplen 103 años desde que el volcán de San Salvador hizo erupción por última vez. Fue la noche del jueves 7 de junio de 1917 que la potente actividad del coloso dejó centenares de muertos y destrucción en el país.
En aquel entonces, tres terremotos de origen volcánico registrados entre la tarde y noche devastaron la capital y poblados aledaños.
El primero de los sismos ocurrido a las 6:55 p.m. afectó lugares situados al sur de la cadena volcánica, entre ellos: Armenia, Ateos, Sacacoyo y San Julián. El segundo se registró a las 7:30 p.m. causó daños en Apopa, Nejapa, Quezaltepeque, San Juan Opico, Santa Tecla y San Salvador.
Relatos históricos señalan que de 9 mil casas que había en la ciudad capital, solo 200 quedaron intactas.
Solo 41 minutos después del segundo terremoto, a las 8:11 de la noche, el volcán de San Salvador comenzó a hacer erupción.
Los fuertes temblores, el olor a azufre, las cenizas y los fuertes retumbos se volvieron una pesadilla para los miles de residentes de San Salvador, quienes, debido a la oscuridad, aún no observaban la magnitud de la tragedia.
Según relatos de Jorge Lardé plasmados en libros de historia salvadoreña, la ladera norte se abrió tras una gran llamarada, lanzando una lluvia de piedras y lava enrojecida.
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A las 8:45 p.m. se dio la apertura de bocas eruptivas del volcán, llamadas “Los Chintos” y “El Tronador”, las cuales vomitaban lavas incandescentes acompañadas de fuertes retumbos y emanación de gases.
09) Graves daños se dieron en el ramal ferrocarrilero Quezaltepeque-Sitio del Niño, cuya circulación fue cortada por la lava. Muchísimas personas organizaron excursiones para acudir y verificar la devastación y los cráteres en erupción en El Pinar y Los Chintos. @EfemeridesSV pic.twitter.com/QYb3oenEMi
— Carlos Cañas Dinarte (@ccdinarte2010) June 7, 2020
Desde este momento, la gente salió despavorida sin saber lo que ocurría, dice el investigador histórico salvadoreño Carlos Cañas Dinarte en la cronología de una tierra danzarina, sismos y terremotos en El Salvador.
Los historiadores indican que la lava arrasó extensas áreas de montaña, pastizales y viviendas. Después de cinco meses de erupción, en noviembre de 1917, el proceso eruptivo había terminado.
Un gigante que duerme
Tras la devastadora erupción, el coloso duerme, y aunque no muestra signos de un despertar, el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales (MARN) ha asegurado que expertos mantienen un constante monitoreo de la zona.
“Estudios indican que en últimos 3000 años, este gigante ha registrado al menos 20 eventos eruptivos. Y durante los últimos 500 años, el volcán ha presentado flujos de lava en los años 1658 y 1917”, detalló un informe del MARN publicado el 7 de junio de 2019.
En noviembre del año pasado, investigadores de la Universidad de El Salvador (UES) manifestaron que el volcán de San Salvador forma parte de las zonas volcánicas del país en las que se centran sus estudios.
Mientras, una investigación del MARN presentada en el marco del centenario de la erupción del volcán de San Salvador en 2017 reveló que el volcán “perdió mil metros de altura debido a las erupciones volcánicas ocurridas hace unos 60 mil años. El Picacho, el pico más alto que se ve desde cualquier punto de la ciudad, es parte del perfil original de la antigua estructura volcánica”. Dicho estudio estuvo a cargo del geólogo salvadoreño Walter Hernández.