El 28 de mayo de 2020 se llevó a cabo el “primer foro virtual de rectores sobre Educación Superior ante el COVID19: Desafíos y oportunidades”, organizado por CILAC 2020 (Foro Abierto de Ciencias de América Latina y el Caribe) e IESALC-UNESCO (Instituto Internacional de la UNESCO para la Educación Superior en América Latina y el Caribe). Participaron los rectores de universidades emblemáticas de Latinoamérica y representantes de la Oficina Regional de Ciencias y del Instituto Internacional de la UNESCO para la Educación Superior en América Latina y el Caribe. Más de 400 rectores de Iberoamérica se conectaron para escuchar y aprender de las experiencias vividas en el marco del COVID-19.
Francesc Pedró, director de ISEALC-UNESCO, abrió el foro y realizó una intervención breve y esencial, en la cual destacó tres aspectos que describen el escenario continental:
I.- Continuidad pedagógica: No es fácil, la situación de los estudiantes en el continente es la siguiente: equipamiento y conectividad (51%); aislamiento (45%); comunicación (42%); horarios (65%); ansiedad (50%); preocupaciones económicas (65%).
II.- Efectos: Descenso en la demanda (10 y 25%); reducción de aranceles; Cierre de universidades; despido de profesorado; disminución de gasto público en el nivel.
III.- Reapertura: Garantías de Derecho a la educación; Mejorar la calidad de la experiencia de educación superior.
Por último, anotó: las universidades son “Alma” o espíritu de una nación y “Mater” cuidan, critican constructivamente y aportan conocimiento para el crecimiento de un país. En efecto, como hemos apuntado en diversas ocasiones, “ninguna sociedad es superior a sus universidades”, la altura ética, productiva y científica de un país depende del quehacer universitario; la disponibilidad de doctores e ingenieros, la calidad de los laboratorios, las patentes y la inversión en Investigación y Desarrollo (I+D) definen la arquitectura y oportunidades del futuro.
Pese a lo anterior, en el marco de la crisis del COVID19, surgieron algunas voces y propuestas para intentar crear un marco legal de cara a reducir los aranceles universitarios. No obstante, la mayoría de universidades ya estaba diseñando soluciones y atendiendo a cada estudiante para resolver su situación, generando becas, medias becas o pagos escalonados. Ciertamente a las universidades les preocupa de sobremanera detener la deserción de estudiantes ya que sus fuentes de financiamiento están poco diversificadas y dependen de las cuotas; y una reducción podría implicar una cadena de sucesos peligrosa: reducción de contratos, despido de personal y disminución de inversiones estratégicas en calidad y desarrollo científico.
En el caso de la Universidad Francisco Gavidia (UFG), como ejemplo, la pandemia de COVID19 aceleró su proceso de transformación digital e incrementó su capacidad de aportes a través de 20 iniciativas, entre las que destacamos: a) respirador automatizado Ejékat; b) proyección de modelos matemáticos; c) creación de app para vuelta a la normalidad “5VID”; d) producción editorial en Disruptiva.media; d) calculadora epidemiológica SEIR; e) publicación de 2 libros sobre COVID19; f) creación con FUSADES y UES del observatoriocovid19.sv; g) encuestas de opinión por teléfono; h) lanzamiento de plataforma Centraleaks; i) Informes de coyuntura económica; j) atención psicológica on line; k) creación de contact center para atender necesidades de estudiantes; l) asistencia jurídica on line; además de decenas de reuniones y videoconferencias y, de trasladar toda la capacidad educativa de 9,000 estudiantes y 400 estudiantes a las plataformas Uvirtual, Microsoft Teams, Skype, AnyDesky, Moodle, Sakai, gracias al potente ancho de banda de 870 Mbps e internet2.
Investigador Educativo.