Un incremento en los casos de COVID-19 y otras enfermedades respiratorias se esperan en los próximos días, debido a la apertura de una gran cantidad de albergues para resguardar a más de 11,000 personas que resultaron afectadas por las lluvias.
Con la apertura de los albergues, el distanciamiento físico entre personas se ha roto y la cercanía entre personal que atiende las emergencias en las zonas de desastre también crea la posibilidad de numerosos y nuevos contagios, según advierten médicos especialistas.
El salubrista e infectólogo, Ricardo Lara, expresó que hay que diferenciar el albergue por cuarentena y el albergue por evacuación, este último ha hecho que haya una improvisación en el tratamiento de la pandemia.
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“Los nuevos albergues, habilitados debido a las lluvias, se tuvieron que abrir con medidas preventivas ante una pandemia (COVID-19) y me refiero a cuántas familias pueden estar en un albergue, el distanciamiento que debe haber en ellas; es decir, contar con los servicios básicos para todos ellos”, explicó Lara.
El salubrista insistió en que no se debe perder la vista el concepto de que el país está en una pandemia y los albergues tienen que tener un concepto diferente a cuando se vino la tragedia del Mitch o los terremotos de 2001.
El infectólogo Jorge Panameño, opinó que con el desastre nacional que ha provocado la tormenta se añade otro problema complejo con la creación de los albergues temporales porque generarán un aumento infecciones y casos de COVID-19.
“Ya que se espera un repunte, deberían de estar pasando pruebas en los albergues para prevenir tempranamente los casos de COVID-19”, señaló el médico.
Panameño sostuvo que se deben de establecer protocolos sanitarios en los albergues y vigilancia epidemiológica para que los casos no se disparen porque pueden llegar a colapsar el sistema hospitalario.
Agregó que, antes de la tormenta tropical, había una gran cantidad de personas consultando por enfermedades respiratorias en los hospitales; ahora, con la emergencia de las lluvias, el número puede ir al alza.
Similar valoración hizo el presidente de la Asociación Salvadoreña de Infectología, Mario Gamero, quien aseguró que el establecimiento obligatorio de albergues por la emergencia de las lluvias, incrementará los casos de COVID-19.
Es por ello, que se deben tomar medidas de vigilancia epidemiológica en los centros de alojamiento porque “pueden ser una fuente enorme de infección”.
Gamero explicó que en cada albergue abierto por la emergencia de la tormenta debe haber un médico que esté vigilando a las familias para detectar y prevenir cualquier síntoma del nuevo virus.
“Es una emergencia complicada. Muchos casos (positivos de COVID-19) van a ser atendidos en casa; pero en los hospitales van haber un mayor número de pacientes y las pruebas no van a alcanzar”, valoró el presidente de la asociación de Infectología.
Problema adicional
Ricardo Lara expresó que el distanciamiento físico ya se rompió con el comercio informal y la reapertura de las ferreterías, lo que hace que uso de las mascarillas y guantes “no sirven de nada”.
Agregó que la situación ya se le volvió incontrolable al gobierno porque hay gran cantidad de personas que en la calle, las cuales han salido sin importar que su número de DUI corresponda para hacerlo.
Panameño añadió que la situación también se complica con el distanciamiento físico, cuando se sale a entregar alimentos a las comunidades y en donde es notorio que el distanciamiento físico no se guarda como establecen los protocolos sanitarios.
Gamero agregó que “la gente ya no quiere seguir en cuarentena, pero se requiere que se mantenga para evitar más contagios que puedan saturar los hospitales.
Autorizan escuelas para albergues en San Miguel
Los especialistas advirtieron que el establecimiento de un albergue para personas que están expuestas a riesgos en sus lugares de residencia, deben de estar adecuados a la situación de la pandemia, incluso, deberían de tener un médico que esté vigilando posibles síntomas por COVID-19.
En San Miguel la Comisión Municipal de Protección Civil autorizó el martes de esta semana, que todos los centros escolares públicos del municipio pueden operar como albergues.
En esa cabecera departamental, se estableció como albergue el Centro Escolar del Caserío Santa Fidelia. En ese lugar, sin la valoración de una autoridad de Salud, un jefe policial se opuso a que se abriera porque no reunía las condiciones, expresó el alcalde Miguel Pereira.
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Sin embargo el edil opinó que en el país no existe una infraestructura que cumpla con los estándares de verdaderos albergues.
“Las escuelas son lo que mas o menos se aproxima a un albergue digno y adecuado. Las casas comunales son los otros lugares que utilizamos, son lugares improvisados. Este país no tiene un sistema de albergues en cada departamento donde se pueda llevar a la gente”, expusó Pereira.
El edil recordó que en el país la única infraestructura que cumplía con todos los estándares internacionales de un albergue era en el municipio de Jiquilisco, en Usulután, pero hoy está convertido en hospital para atender a pacientes con COVID-19.
Un habitante del caserío Santa Fidelia expresó que “este (escuela) ha sido nuestro albergue por años, esta cerca de nuestras casa y es seguro, y aun que él diga (el jefe policial) lo contrario nadie se irá para otro lugar que ellos designen” dijo, aunque reconoció que el lugar solo tiene cuatro aulas y no podrían albergar a más de 7 familias.