Concepción Mejía recuperó este jueves por la mañana algunos de los utensilios que ocupaba en su venta de antojitos típicos, ubicada en la colonia Málaga, al sur de San Salvador, una de las zonas afectadas por el desbordamiento de la quebrada Arenal de Montserrat el pasado 31 de mayo por las intensas lluvias de Amanda.
Ese sector de la colonia es popular en la capital por la venta de atol chilate y antojitos típicos. En el lugar se localizan por lo menos 10 negocios dedicados a ese rubro, los cuales resultaron con daños debido a la crecida de la quebrada, el fin de semana.
Sin embargo, al ver que las precipitaciones no cesan en el país y ante la posibilidad de que el cauce vuelva a rebasar, Mejía decidió este jueves salir de su casa, acatando el uso de mascarilla ante el COVID-19, para sacar algunas de las pertenencias dentro de su local.
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La adulta mayor relata que tiene 30 años de trabajar en su chalet ofreciendo nuégados, chilate y otra variedad de atoles típicos. Ahora, ella y otros de los comerciantes de la zona lamentan las pérdidas en sus negocios provocados por las lluvias, pues detallan que su situación económica no está en su mejor momento, debido a que desde hace un mes tuvieron que cerrar las ventas ante las medidas establecidas por el Gobierno por la emergencia del coronavirus.
En similares condiciones se encuentra Raquel Rivas, quien tiene un chalet de venta jugos y útiles escolares desde hace 5 años. Ella comentó que lo perdió todo, desde los equipos para preparar sus bebidas hasta los productos.
Los comerciantes piden ayuda a la alcaldía o alguna persona altruista para que les apoyen en arreglar sus negocios o les proporcionen insumos para poder levantarlos de nuevo.
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Según el ministro de Medio Ambiente, Fernando López, las lluvias tipo temporal persistirán hasta el fin de semana, por lo que se mantienen muy altas probabilidades de desbordamiento de ríos del país incluso del área urbana con riesgo sobre vidas humanas y daños a infraestructura y viviendas.
En la zona de la quebrada Arenal de Montserrat, policías, socorristas y pobladores monitoreaban este jueves por la mañana el comportamiento del cauce debido a las lluvias, ya que el domingo pasado el desbordamiento de este acabó con la vida de por lo menos dos personas, una de la comunidad Nuevo Israel y otra del barrio Modelo, en San Salvador.