Ruth es una joven de 39 años, casada y con un hijo de 5 que ya está en el kinder. Hasta hace unos meses trabajaba como coordinadora de un grupo de empleadas en un almacén comercia, pero debido al cierre temporal de la empresa como producto de la pandemia, fue suspendida de su trabajo temporalmente.
Después de las vacaciones de Semana Santa, Ruth fue notificada que solo recibiría un 50% de su salario, pero a partir de la segunda quincena de mayo solo recibió un pago de $150 para mantenerse.
“Es una medida tomada para salvaguardar nuestro trabajo puesto que al levantarse la medida por el gobierno nos volverán a llamar. El jefe nos dijo que nuestras plazas ahí están solo que suspenden temporal los contratos y nos recalcaron que era temporal”, afirma Ruth.
Su esposo, que trabaja como maestro por hora en un colegio de Soyapango, también se ha quedado sin empleo. Pero los gastos siguen.
“El aporte ecónomico de Oscar no se tiene porque como las escuelas cerradas y él está sin recibir nada y con lo que yo recibí solo alcanza para lo básico frijol azúcar arroz huevos y verduras pero limitado porque encima también hay gastos en medicinas, pagos de colegio y lo que me da sentimiento es que, en mi caso, también ayudo en casa de mis padres”, relató la joven.
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Con lo poco que Ruth ha recibido como pago, ha logrado administrar su dinero, previendo que no ha gastado en pasaje del transporte colectivo ni comidas fuera de su casa. “Sabiendo administrar considero que se sale limitado pero ahí vamos. Esto es sin pago de las facturas de luz, energía, cable y lo que pagaba en el banco por créditos más el Fondo porque si traigo eso a llevar al día entonces si te diría nos lleva la fregada”, afirma.
De no ser porque Ruth siempre ha sido una persona ahorradora, asegura que no tendría suficientes ingresos para mantenerse durante esta crisis económica.
“Gracias a Dios cuento con un pequeño ahorro en la cooperativa de la corporacion y bendito Dios antes que esto entrara con mayor fuerza nos dieron un bono que ahí está en reserva ante cualquier cosa futura. Bien nos decían: sean previsores, ahorren y nos hacían conciencia de los gastos y hoy, viéndonos en esto, te puedo decir ¡vaya que ha valido la pena ser reservado!, narra Ruth con un poco de alivio.
La joven espera que la empresa le llame de inmediato una vez que se levanten las restricciones, pero desde ya asegura que mantendrá su hábito de ahorro pues esta emergencia le ha hecho reflexionar de lo importante que significa tener un respaldo financiero en momentos críticos.