Juan Gualberto Fernández, conocido como “El Pulpo”, es un tecleño de corazón nacido hace 79 años. Platicar con Gualberto es lo más parecido a sentarse en las piernas de tu abuelo para escuchar una de sus tantas historias. Con un bastón parece sostener ya los últimos recuerdos de su pasado como guardameta de la Selecta y en Liga Mayor.
Asociado de facto por cualquier tecleño con el mítico Quequeisque de Santa Tecla, Fernández también defendió las camisetas de Alianza, Atlante, Universidad de El Salvador, Platense, Negocios Internacionales y Juventud Olímpica. Quitó goles en el ámbito profesional desde 1959 hasta 1977.
El entusiasmo con el que narra sus aventuras en el balompié no puede contenerse ni en un silo industrial, la emoción le transforma de inmediato en un niño de nuevo, admirado inocentemente por recordar sus andanzas. “Uno no se detiene a veces para ver lo que ha hecho en la vida. Cuando estaba jugando, pensé en retirarme a los 30 años, me pasé, llegué a los 35 y pensé que podría jugar otros cinco más. Las cosas se fueron dando, en 1974 le ayudé a Platense a ascender. Ahí estaban Búcaro, Alfaro…”
¡Increíble: Personas en centro de contención en Indes roban a la Federación de Ajedrez!
Los albergados estaban en cuarentena por el Covid19. Hurtaron objetos administrativos y de competencia. Recuperaron algunas pertenencias, varias de ellas dañadas
Poco recuerda Gualberto sobre la polémica sustitución del argentino Gregorio Bundio en la Selección Nacional, tampoco tiene claro por qué fue el chileno Hernán Carrasco elegido para el puesto. Entre sombras enciende una vela para abrir las gavetas de su archivo, revisa varias páginas sueltas y tras unos segundos encuentra lo que quiere describir. “El coronel Guerrero era el presidente de la federación, y junto al presidente Sánchez Hernández le dieron la oportunidad a don Hernán, así que él llamó a varios futbolistas del Marte a la Selección, él dirigía al equipo azul de la capital. Sacó a varios quienes ya tenían proceso con la Selecta, nunca supe por qué”.
Sobre su curioso apodo se escuchó en varias ocasiones que fue así por su alta capacidad para quitar los goles tal cual se tratara del molusco gigante atajando goles. Sin embargo, el mito se derrumba entre risas con la siguiente anécdota: “Yo jugaba en la calle, en la avenida 29 de agosto. Con rocas y cunetas formaba las metas, por la Matías Delgado. Ahí donde bajaban pocos de lodo yo me tiraba para quitar los goles. En una de esas había llovido, entré a mi casa, y me dijo una tía: ¡Put* Beto, como que te ha chupado un Pulpo! Como ahí estaban todos mis primos, me quedó el apodo (Risas)”.
Sobre la imposibilidad de jugar la Copa del Mundo México 1970 comenta: “Yo pensé que (don Hernán) me podría a mí para el partido contra México tras lo cosechado por la Selecta ante Bélgica, pero puso de nuevo a Magaña. Recuerdo que uno de los directivos, no recuerdo quién, le dijo a don Hernán tras perder con los belgas ‘¿por qué no pusiste a Gualberto, si él es el portero de la Selección?’. Don Hernán les dijo ‘¿quieren hacer ustedes la alineación? Aquí están los carnés, tomen’. Les ganó la moral. ‘Yo aquí mando, y quien hace las alineaciones soy yo’, les dijo. Don Hernán cambió de opinión entonces y ya no me puso contra México. Cuando ya nos llevaban 3-0 Don Hernán quiso meterme, pero yo le dije que ya no podía porque había hecho los dos cambios que estaban permitidos, se le había olvidado. Magaña jugó lo que restó golpeado y nos clavaron uno más”.