Con más de 2,109 casos confirmados por el virus SARS-CoV-2, los lineamientos para tomar de muestras pruebas para detectar el nuevo coronavirus cambiaron; el Ministerio de Salud ha girado instrucciones de restringir el número de pruebas para detectar el virus, lo cual depende ahora de la orden de Nivel Central. Esta restricción significa que ya no se hará examen a los contactos, ni a los pacientes que presente síntomas; los casos serán definidos como COVID por clínica (es decir los síntomas que presenta).
Lo anterior se sustenta en el registro oficial de casos, declaraciones dadas por personal de sanidad bajo condición de anonimato y la tercera edición de los Lineamientos técnicos para la atención clínica de personas con COVID-19, fecha solo como 2020.
Médicos y enfermeras confirmaron que la directriz viene de los lineamientos. Después de “los 2,000 casos positivos ya no se va a tomar (pruebas) a todos, ya no es obligación hacer a todos pruebas sino que se va ir solo por nexos, por lo cual las pruebas se centrarán en hospitales … Pero ya no va ser la rutina de tomar la pruebas”, confirmó una de las fuentes consultadas.
Para el salubrista Ricardo Lara y el infectólogo Jorge Panameño, por el momento no es oportuno que se haga ese cambio en la estrategia para la detección de casos, ya que es arriesgado en un momento donde se está vigilando el ascenso y descenso en la curva de casos. Aunque la medida es valida en el manejo de las pandemias, agrega el internista Víctor Segura.
“Yo creo que en este momento que estamos vigilando la curva para definir decisiones es muy arriesgado”, argumentó el infectólogo Panameño.
El doctor Lara opinó que el país está en época de aumento de infecciones respiratorias (causadas por Covid u otros virus) y no aplicar la prueba puede ser un error.
Aún no existe una definición concreta de la enfermedad y su sintomatología y el lineamiento limita la aplicación de la prueba a la mayoría del personal de Salud que es el que se encuentra en contacto directo con el virus, según personal de sanidad.
Agregaron que también será más difícil que las personas en centros de contención tengan acceso a las pruebas.
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“La justificación es porque ya pasamos los 1,000 casos positivos, lo cual me parece errático, a estas alturas, se desconoce cuál es la incidencia del COVID-19 en El Salvador. Nadie nos va poder decir cuál es la incidencia real, ya sea por ocultar la información o por las malas decisiones en cómo utilizar las pruebas”, opinó Lara.
Para el personal de Salud en esta fase de la pandemia es imprescindible que se tengan el acceso a las pruebas de coronavirus ya que actualmente la consulta por enfermedades respiratorias ha incrementado, la mayoría de hospitales están atendiendo y dando referencia de casos sospechosos de coronavirus.
Con la actual disposición solo se toman pruebas al personal que tenga contacto extremo con los pacientes positivos a Covid, medida que los profesionales de la salud ven con temor porque han tenido colegas que han estado trabajando sin saber que son positivos al virus y que descubren que son positivos porque se sometieron a la prueba.
Hasta la fecha se estima que hay un aproximado de 50 empleados de Salud infectados, más un centenar en cuarentena y 200 policías positivos al virus. Además, la población tienen temor de infectarse y de buscar atención médica en los centro de Salud.
“Se han incrementado los procesos gripales, combinados con una crisis de ansiedad; el paciente llega a consulta con la esperanza que le tomen la prueba. Han maquillado la información y hasta el día 70 (de cuarentena) no hay nadie que pueda decir cual es la incidencia real de la enfermedad, cual es el patrón definido del comportamiento sintomatológico de la enfermedad para poder decir no necesitamos la prueba y nos vamos a basar por clínica”, expresó Lara.
Añadió que si ya se cambio de fase de la pandemia en el país se debe de cambiar automáticamente la definición de caso de Covid, “el cambiar de fase entenderíamos que estamos ya con un contagio masivo y que el porcentaje de la población ya está contagiado y que eso justifica ya no realizar más pruebas”.
Para el médico internista Víctor Segura, en la fase comunitaria ya hay una expansión de la enfermedad y toda la población es sospechosa de tenerla.
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“En el manejo de las pandemias cuando se llega una fase tres es cuando la epidemia se disemina de forma amplia en una comunidad, el número de pruebas deja de tener hasta cierto sentido una razón por el hecho que los casos son tan frecuentes que no necesitan estar confirmándose esos casos”, explica Segura. Agregó que la escasez de prueba a nivel mundial puede ser un factor que impida el testeo masivo.
A cinco meses de conocer la enfermedad a nivel mundial y en dos meses y medio de circulación , aún hay muchas preguntas científicas sin respuesta.
“En la pandemia la prueba es más que justificable”, opinó Lara. También argumenta que los criterios de selección para decidir a quien tomar la pruebas no ha sido equitativo y pone come referencia el caso del alcalde de Santa Tecla, Roberto
d´Abuisson, quien a siete días de haber ingresado al país, “le tomen las pruebas siendo completamente asintomático para sacarlo de la cuarentena, cuando de pronto hay X cantidad de pacientes que se necesita saber si el paciente es positivo, no solo por el tratamiento terapéutico sino todas las medidas preventivas y las medidas de bioseguridad que debe llevar cuando tenemos un caso confirmado”, denunció Lara.