“Vamos a reformar el Estado, tenemos el 97 % de apoyo del pueblo”, advirtió este miércoles el presidente Nayib Bukele al término de una reunión con sindicalistas en Casa Presidencial.
El mandatario amenazó con una reforma al aparato estatal, la cual requeriría a la vez una reforma constitucional, después de la pandemia.
“Vamos a dar salud, alimentación, seguridad y a recuperar la economía luego de la pandemia de COVID-19”, dijo.
TAMBIÉN: Autoritarismo de Bukele pone en máxima alerta a los observadores internacionales
El mandatario cerró su alocución con esa sentencia, pero no dio detalles.
Durante la tarde, Bukele se reunió con sindicatos afines y aprovechó para presionar a diputados opositores para la aprobación del decreto de Estado de Emergencia que ha enviado a la Asamblea Legislativa.
Además, el mandatario se mostró a favor de una reforma de pensiones y aunque algunos sindicalistas se mostraron a favor de la nacionalización, no fue claro al respecto. “Se necesita una reforma del sistema de pensiones para que el dinero de los trabajadores sea de los trabajadores”, dijo Bukele.
Además, se mostró de acuerdo con tomar parte del dinero de los trabajadores en las AFP para el manejo de la pandemia, pero criticó que esto no pueda hacerse.
“Hace sentido (usar parte de los fondos) pero no está (el dinero líquido) el sistema lo inventaron para que en el sistema no estuviera”, se quejó.
Lo que afirmó el mandatario, de hecho, contrasta con la realidad pues la mayoría del dinero de las AFP ya está en manos del Estado. Más del 60% de los fondos de pensiones los ha ocupado el gobierno a través de Certificados de Inversión Previsional CIP por los que paga tasas de interés por debajo del 3%. Ese esquema se mantiene desde 2006.
Por otro lado, el mandatario volvió a arremeter contra los diputados opositores ante la falta de aprobación de ley.
“La realidad es que la mayoría de los diputados son unos delincuentes; y no lo digo yo, lo que le están haciendo en este momento al pueblo salvadoreño es delincuencia”, dijo Bukele ante el grupo de sindicalistas.
“Estamos en una emergencia y tenemos que actuar rápido. Nuestros funcionarios están cansados, llevan tres días y los diputados no se ponen de acuerdo para poner un Estado de Emergencia y proteger a los salvadoreños”, añadió el mandatario.
Bukele aseguró que no se opone a las auditorías, pero les exigió a los diputados que no detengan las compras en este momento de la epidemia.
Entre tanto, los líderes sindicales que estuvieron presentes se pusieron a la orden del presidente para presionar a los diputados, incluyendo protestas en los alrededores del edificio del Congreso.
De hecho, los sindicatos anunciaron al presidente que interpondrán una demanda en contra de la Asamblea Legislativa y de la Sala de lo Constitucional ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), por bloquear la declaratoria de Estado de Emergencia Nacional que viene del Gobierno.