En el siglo XIX, las autoridades francesas recuperaron el cuerpo de una mujer que se ahogó en el río Sena. Su cadáver se expuso en la morgue a la espera que alguien la reconociera, pero ningún familiar se acercó.
Así que un patólogo de la época solicitó a un fabricante de máscaras que le hiciera un molde de yeso con el rostro de la chica, que conservaba aún una sonrisa. Por ese detalle, a la desconocida la bautizaron como la “Mona Lisa ahogada”, según nota publicada en el sitio de la BBC Mundo.
Su cara se reprodujo muchísimo para las estanterías de moda y obras artísticas plásticas y literarias. Se escribieron poemas y leyendas sobre ella y suscitó mucha curiosidad entre la gente, porque nunca nadie dio con su verdadera identidad.
Pasaron muchos años antes que el propietario de una fábrica de juguetes llamado Asmund Laerdal recibiera el pedido de diseñar un modelo para que la gente aprendiera a dar reanimación cardiopulmonar (RCP), a raíz de que el hijo del cliente casi muere ahogado y requirió de una RCP para volver a la vida.

Laerdal pensó en desarrollar un maniquí de torso o cuerpo entero, pero necesitaba que el muñeco tuviera una apariencia natural y amigable. Entonces fijó su atención en la “Mona Lisa ahogada”, porque era una chica bonita y con la cual daría gusto practicar la RCP. En ese momento, recordó que la máscara de la chica colgaba de una pared de la casa de sus abuelos.
De ahí que la bella muñeca con las facciones de aquella chica desconocida se reprodujo cientos de miles de veces, para practicantes de la RCP. Luego de esto, el maniquí fue bautizado oficialmente como Resusci Anne, y por eso es la mujer más besada del mundo, detalla la nota.
Hasta la fecha, los estudiosos se preguntan si Resusci Anne de verdad estaba muerta cuando tallaron su rostro en yeso.
En el programa “La desconocida de Sena”, la novelista Louise Welsh decidió mostrar la máscara a la policía del río de París, un equipo de expertos en la recuperación de cuerpos ahogados también llamados la Brigada Fluvial y estos determinaron que la mujer pudo no haber estado muerta por su “aspecto tranquilo”. El jefe de brigada, Pascal Jacquin, afirmó: “todos los que encontramos en el agua, los ahogados y los suicidios, no parecen tan tranquilos. Están hinchados, no se ven bien”.

Otro detalle es que el proceso de descomposición de un cadáver es más apresurado en el agua. Al día de hoy, la mujer más besada del mundo parece más bien estar dormida, esperando que su príncipe azul la bese. La mayoría coincide que no parece el rostro de una muerta, pero ¿si no lo estaba? Los expertos consultados, en su mayoría, opinan que si la chica estaba viva dificilmente pudo mantener la sonrisa mientras le tomaban el molde de la cara.
Existen otros orígenes de esta historia, como la que se remonta a mediados del siglo XX. Según esta, el famoso rostro perteneció a un par de gemelas. Una de ellas se marchó con su amante millonario a París y nadie volvió a saber de ella. Años más tarde, la otra gemela visitó París y halló el rostro de su hermana ampliamente difundido en la ciudad a través de maniquíes. Eso la reconfortó, porque era como tener a su ser querido ahí para siempre.
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La otra versión del rostro de la “Mona Lisa ahogada” es que se trató de una actriz húngara asesinada por su amante. Este cuento fue inventado por el artista John Goto, de Oxford, y se trata de una ficción de las muchas que se han creado sobre esta mujer.