Por falta de pruebas, cirugías son riesgo latente de expansión del COVID-19

Médicos alertan sobre posibles contagios en hospitales al ejecutar cirugías, pues no cuentan con el equipo de protección necesario, ni pruebas para todos los pacientes

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Foto EDH / Menly Cortez

Por Carlos Vides

2020-05-21 6:35:21

El virus COVID-19 es muy contagioso. Por eso las autoridades de Salud insisten en lavarse las manos, no tocarse ojos, boca o nariz, usar mascarilla, etc. Pero, ¿qué pasa cuando un paciente con esta enfermedad debe ser operado?

Médicos consultados coinciden en que, si no se toma las medidas de prevención necesarias, hay riesgo al menos en tres
niveles: para el paciente en sí, para las personas que van a operar y sus asistentes, así como para quienes luego estarán en contacto con el paciente ya operado.

Vamos al primer riesgo: los mismos pacientes que pasarán por cirugía.

Milton Brizuela, cirujano laparoscópico y presidente del Colegio Médico, explicó que “estamos operando emergencias en el país, y no sabemos si estas personas (pacientes) son positivas o no, o si son asintomáticos (sin fiebre, ni tos seca, etc.). Con base en estudios en los países donde ya golpeó la pandemia, si una persona sintomática es operada, el 100% de estas personas evolucionan a una neumonía, el 40% termina en una unidad de Cuidados Intensivos, y la mortalidad se incrementa hasta el 21% de posibilidades de fallecer”.

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Por tanto, es clave hacer pruebas a los pacientes antes de operarlos. Así lo ha declarado el mismo ministro de Salud, Francisco Alabí, quien dijo el 18 de mayo que “lo ideal es que las personas que son sometidas a una cirugía se les practique la prueba de COVID-19, este es un protocolo internacional”.

Pero de momento solo el Gobierno está corriendo pruebas, y aún no hay protocolo para que hospitales o laboratorios privados puedan hacer tests para confirmar o descartar COVID-19 en quienes van a ser operados. Además, el Ministerio no ha informado dónde puede ir cualquier ciudadano a hacerse la prueba.

El cirujano Eduardo Lovo alertó que hay riesgo también para los pacientes asintomáticos, o sea, para quienes pasen por cirugía sin síntomas

“Si no tienes acceso a pruebas y los pacientes son positivos asintomáticos, y les das anestesia general, existe la posibilidad de correr un riesgo más alto, de tener complicaciones a nivel pulmonar en esos pacientes. Entre mayores (de edad) sean los pacientes, mayor es el riesgo”, explicó Lovo.

Debido a lo anterior, “la mayoría de sociedades de anestesiólogos a nivel mundial están de acuerdo en evitar la anestesia general y optar por una anestesia local-regional”, sostuvo, aunque esto no es posible para todas las cirugías.

Medidas de seguridad

Revisemos el segundo nivel de riesgo: el contagio de los profesionales de la Salud que participan en la cirugía. Este virus es tan infeccioso, y hay tantos pacientes asintomáticos, que operar sin saber si la persona es COVID-positivo o no significa un riesgo grande para doctores, anestesiólogos, enfermeros, etc. Y el problema, coincidieron Lovo y Brizuela, es que eso está pasando en hospitales privados (pues no tienen autorización para correr pruebas) y en muchos de la red pública nacional.

“La mayoría de hospitales nacionales y los servicios de anestesia no cuentan todavía con todos los recursos necesarios para cumplir a cabalidad lo que la Asociación de Antesiólogos está recomendando, comenzando por el hecho de que no tienes pruebas, así como tampoco todos los insumos de seguridad” para el personal de Salud, sustentó Lovo.

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Las medidas pasan por equipo de protección para los profesionales de la Salud (ver tabla aparte), pero también por zonas adecuadas y exclusivas para atender a personas con COVID-19.

De acuerdo con la Asociación de Cirujanos Españoles, “aún en casos no confirmados, en el actual contexto de pandemia, se debería asumir que todos los pacientes son positivos y tomar las mismas medidas de protección para evitar una exposición innecesaria del personal”.

Desde el Gobierno, a través de Twitter o en programas televisivos, el ministro Alabí argumenta que “contamos con los equipos de bioseguridad que hemos entregado al personal de salud que está atendiendo a los pacientes de COVID-19”, y ha hecho públicas distintas donaciones y compras de “insumos de protección para todos los héroes de primera línea involucrados en la lucha contra el COVID-19”.

Pero este supuesto abastecimiento contrasta con las decenas de voces que, desde médicos y enfermeros en hospitales y centros de Salud, le piden al Gobierno que les brinde de suficiente equipo preventivo, pues tienen miedo de contagiarse del SARS.

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El tercer nivel de riesgo es después de la operación, para el resto de personas en el hospital. Aquí, recordó Lovo, el Gobierno debería tomar nota de lo ocurrido durante 2002 a 2004 con el Síndrome Respiratorio Agudo Grave (SARS), donde “los pacientes que no se sabía que padecían de la enfermedad, fueron focos de contagio intrahospitalario para el resto de los pacientes y personal de salud”.

Esto provocó que los mismos hospitales, que en teoría estaban para curar a las personas, se convirtieran en focos de contagio masivo.

Lovo describió que “si tengo un COVID positivo, que no lo sé y que fue operado por él estar asintomático, sale bien de la cirugía, pero en las áreas de recuperación, o en la hospitalización, a pesar de las medidas que se toman, entra en contacto con personal de alimentación, con personal de enfermería, inclusive con otros pacientes, y eso hace que se empiece a esparcir el COVID en el hospital. Y es posible que eso ya esté pasando en el país, pero, al no tener acceso masivo a pruebas, ni el sistema público ni el privado, es imposible saberlo”.

Volvemos al inicio de la atención para reducir la posibilidad de contagios en cirugías: hacer pruebas COVID-19 antes de la operación es clave. Pero, sin un protocolo claro desde el Gobierno para que se puedan correr a nivel privado, o sin información básica para saber dónde ir a hacerse la prueba, el camino de los trabajadores de la Salud sigue siendo un túnel oscuro y riesgoso hacia el virus.

Prevención dentro de la sala de operaciones

Hay que tomar en cuenta consideraciones importantes durante el transcurso de la intervención quirúrgica en el caso de pacientes COVID-19. Las siguientes son recomendaciones avaladas por la Organización Panamericana de la Salud.

+ Limitar al máximo el número de profesionales que se encuentran en el interior del quirófano y sus movimientos para reducir el riesgo de contaminación.

+ Limitar al máximo el número de personas que hacen maniobras que conllevan riesgo de generar aerosoles.

+ Utilizar todo el material desechable que sea posible.

+ Mantener cerradas las puertas del quirófano, salvo para la circulación del personal, de los pacientes y del instrumental. Cuando sea absolutamente necesario hacerlo, mantenerlas abiertas el mínimo tiempo posible.

+ Así mismo, el epidemiólogo Mario Gamero detalla que se recomienda el uso de conexiones especiales “para aspirar el humo que despide el electrobisturí y otros gases que pueden liberarse del cuerpo humano, ya que posiblemente, si tienes una carga viral en la sangre, y esto lo carbonizas, hay liberación de gases, los cuales potencialmente pueden tener COVID-19 e infectar a los cirujanos”.