“Decidí renunciar a mi trabajo porque tengo miedo al contagio, ahora hago mascarillas”, la historia de una maestra salvadoreña en Estados Unidos

Patricia ofrece las mascarillas por medio de una App y en su página de Facebook, las entregas las hace en el buzón de su casa. La mayor parte de sus clientes son norteamericanos, asegura.

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Por Xiomara Alfaro

2020-05-20 6:59:14

Patricia Parada es una salvadoreña originaria de San Miguel que vive en el Estado de Virginia. Desde hace poco más de tres décadas llegó a Estados Unidos junto a su esposo y sus hijos buscando el anhelado sueño americano.

Durante años, esta mujer de espíritu alegre y enorme sonrisa ha ejercido su profesión como maestra de niños, pero ahora durante la pandemia del COVID-19 ha tenido que guardar los libros y montar su taller de costura para  confeccionar tapa bocas en diseños personalizados y bajo los estándares de calidad que los protocolos de Salud exigen.

Doña Patty, quien también trabaja como Home Manager, es una de los millones de ciudadanos estadounidenses que han perdido sus trabajos a raíz de la pandemia, circunstancia en la que ella ha encontrado una oportunidad para sobrellevar la crisis y el confinamiento.

“Decidí hacerlo primero para mi familia, no tenía idea como hacerla pero mi hija mayor trabaja de enfermera en una clínica federal y ella me ha guiado sobre los requerimientos de cómo deben ser diseñadas”, explica mientras habla del momento en el que supo que, por su salud y la de su familia, debía dejar el trabajo y resguardarse en casa.

Ha instalado su taller en el sótano de su casa donde pasa el tiempo sacando las órdenes que recibe mediante una App de la localidad y por medio de su página de Facebook, además de los encargos del personal de la clínica estatal del condado de Woodbridge a quienes ha entregado donativos de mascarillas.

Aprovecha el tiempo además cuidando a dos niños, hijos de médicos que trabajan en la primera línea de combate a la pandemia del coronavirus. “Para mi ha sido una terapia, me ha ayudado,  y siempre me gustado la confección”, sentencia.

Las mascarillas son elaboradas en tela 100% algodón y están diseñadas con filtro para dar más seguridad. Patty, tiene 58 años, es madre de tres hijos, uno de ellos, Mayra Danielle quien se recibió esta semana con un doctorado en psicología social de la Universidad estatal de Virginia George Mason.

Tomando en cuenta las medidas de bioseguridad, las entregas las hace en el buzón de su casa, mientras que los diseños el cliente, muchos de ellos norteamericanos, los eligen por internet.

“Pero lo que le gusta mucho a la gente es que son Home Made (hechas en casa), eso la gente lo aprecia mucho por acá”, señala.

Trabajo y dedicación frente a la pandemia

En El Salvador, Patricia junto a su esposo Arnoldo Parada eran maestros en los centros educativos de los cantones El Delirio y el Tecomatal, en San Miguel, al oriente del país. Tener la oportunidad de dar una mejor educación a sus hijos los llevó a emigrar.

“Con los suelditos de maestros nos hubiera costado más pagar sus estudios”, dice Patricia. Su hija mayor, que lleva su mismo nombre, y quien llegó tiempo después a Estados Unidos, es enfermera y traductora, trabaja en la primera línea de combate al coronavirus.

“Como familia tenemos la gracia de Dios que nuestros tres hijos son profesionales, ya están aportando en este país sus conocimientos (…), pero mi hija mayor Patty si es preocupación diaria para nosotros pues está trabajando al frente en esta pandemia”, dice esta mujer mientras reitera su admiración hacia ella por su entrega y dedicación a sus pacientes.

“Ella es una joven entusiasta y llena de amor hacia los demás, disfruta lo que hace y está siempre lista para dar lo mejor de sí. También ha sido aceptada para continuar estudiando en la Universidad George Washington”, señala.

Patty dice sentirse orgullosa de hacer la diferencia en un país donde “con trabajo y dedicación”se puede salir adelante.

“Nos enorgullece poner en alto en nombre de nuestro país”, concluye.