El manto del perdón

Perdonar es un deber cristiano. Jesús nos enseñó que debemos hacerlo siempre (Mt. 18, 21-22) e incluso a nuestros enemigos, con mucha más razón debemos perdonar a nuestros padres si es que en algo verdaderamente nos han ofendido.

descripción de la imagen
José Ron es la nueva estrella de Televisa. / Foto Por EDH / EFE

Por Salvador Gómez

2020-05-15 8:06:46

Muchos hijos e hijas están lastimados por cosas que los padres y madres hemos hecho o dejado de hacer. Las explicaciones que podemos darles nunca los dejarán satisfechos. Nosotros también sufrimos. Quisiéramos regresar el tiempo para borrar aquello que hicimos mal, pero todos sabemos que eso no es posible.
No podemos pasarnos la vida golpeándonos la cabeza sobre el muro de nuestros errores; no podemos buscar excusas para justificarnos. Lo único que podemos hacer es decirles: “Perdónennos. Ustedes están empezando a vivir. Quizá cuando tengan nuestros años, al igual que nosotros tendrán que pedir perdón”.
Comprendo que perdonar debe de ser duro para los hijos, sobre todo cuando los padres no han mostrado sincero arrepentimiento. Pero aun en estos casos es mejor perdonar pues el resentimiento, el rencor y el odio dañan más al que lo tiene que al que lo ha causado.
El libro del Génesis recoge una historia que puede ayudar a los hijos a perdonar. Noé, el gran patriarca, el mismo del Arca, se embriagó y quedó desnudo en medio de su tienda. Su hijo Cam lo vio y avisó a sus hermanos, quienes sin ver a su padre se le acercaron y lo cubrieron. Al despertar y darse cuenta de lo ocurrido, Noé maldijo a Cam y bendijo a Sem y Jafet. (Gn. 9, 20-27)
¡Qué bueno que eso le pasó a Noé!
La Biblia dice que “Noé fue el varón más justo y cabal de su tiempo. Noé andaba con Dios” (Gn. 6,9). Pero todos en alguna medida hemos quedado como Noé “desnudos y tirados en el suelo”, eso quiere decir: caídos con todos los defectos y debilidades al descubierto.
Dejemos por un momento de pensar en Noé y en las razones que tuvo para hacer lo que hizo; preguntémonos: ¿Qué hicieron sus hijos?
Cam, quizá por ser hijo menor, por su inmadurez y falta de experiencia, al ver a su padre desnudo, comenzó a burlarse de él y llamó a sus hermanos para que viéndolo hicieran lo mismo. Como sabemos, esa actitud acarreó maldición y esclavitud.
La misma actitud de Cam toman aquellos hijos que señalan y resaltan los errores, defectos de sus padres, muchas veces para justificar sus rebeldías, sus vicios o sus desviaciones. Conozco jóvenes que dicen: “soy drogadicto porque mi papá es alcohólico”. Una jovencita se expresaba así: “Mi papá no puede decirme nada cuando salgo con alguien, porque él tiene a otra mujer”.
Y con razonamientos como éstos, lo único que hacen es hundirse más en sus propias esclavitudes y defectos.
Sem y Jafet tomaron un manto y cubrieron la desnudez de su padre sin verla. Esta actitud de respeto y prudencia les mereció sendas bendiciones.
Siempre será así, Dios bendice a los hijos que saben disculpar y con un manto de perdón cubren errores de sus padres.
Perdonar es un deber cristiano. Jesús nos enseñó que debemos hacerlo siempre (Mt. 18, 21-22) e incluso a nuestros enemigos, con mucha más razón debemos perdonar a nuestros padres si es que en algo verdaderamente nos han ofendido.
Que la cuarentena, el confinamiento, la vida en familia nos hagan identificarnos y amarnos más, perdonarnos, cuidarnos y ver hacia adelante, hacia donde está Dios para caminar con nosotros como individuos y como familias cristianas.

Predicador católico.