Abrir la economía, tanto como se pueda, bajo las medidas de seguridad necesarias para evitar la propagación del COVID-19, en particular entre poblaciones vulnerables, minimizando así el número de decesos, son parte del modelo integral para la reapertura gradual de la economía que el INCAE Business School propone al gobierno de El Salvador.
El documento ya se encuentra en manos del gobierno salvadoreño, quien le agregó únicamente que la reactivación arrancaría este próximo 22 de mayo.
La institución propone una reactivación gradual, basada en la recuperación de la salud socio-económica del país, el comercio, el turismo y la Inversión Extranjera Directa (IED), entre otros.
La iniciativa se suma a los protocolos elaborados por el sector privado, a través de la Asociación Nacional de la Empresa Privada (ANEP), instituciones académicas y otras entidades privadas que han abonado para que El Salvador pueda volver a ser productivo sin poner en peligro la salud de la población.
Roberto Artavia, presidente del consejo directivo del INCAE, explicó que desde que las economías de la región comenzaron a cerrar para evitar la propagación de la pandemia se propuso un equipo integrado por expertos de varias áreas de la institución para diseñar un modelo de apertura con “operación segura”, en donde lo esencial sea proteger la vida y mantener la capacidad del sistema de salud para que no haya una crisis de proporción mayor.
Una vez logrado lo anterior se debe minimizar el impacto económico en el empleo, en la pobreza y en otras áreas afectadas por una recesión masiva como la presente, agregó.
“En ese sentido tenía que ser un modelo integral con apertura y operación segura. Otros modelos lo que hacen es comparar el riesgo de contagio con el impacto económico, pero este es integral porque incluye el impacto social por la cantidad de gente que se ve afectada por la reducción de ingresos, pérdida de empleo o simplemente que han dejado de vender”, explicó.
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El modelo integral no busca solo garantizar ventas, sino también mitigar los impactos sociales, reiteró.
Una recuperación por etapas
El documento establece protocolos para seis niveles de apertura, que van desde las operaciones de mayor hasta las de menor riesgo.
Los protocolos incluyen aspectos como: sacar a los empleados más vulnerables, separar a los empleados por grupos y hacer un mayor uso de la tecnología, además de las medidas que ya se vienen aplicando como: uso de mascarillas, distanciamiento, rediseño de puestos de trabajo e infraestructura, programación, entre otros aspectos.
Es importante enfatizar que cada uno de los sectores que se irá reactivando por etapas, deberá de brindar transporte a aquellos trabajadores que no tengan medios de movilidad propios.
El documento reconoce la importancia del sector informal, el cual puede regresar a trabajar de forma gradual bajo medidas sanitarias de distanciamiento social y cuidando el manejo de sus productos y la protección de sus empleados y sus clientes.
El modelo que han elaborado los expertos del INCAE ha sido compartido en todos los países a nivel Latinoamericano.
La institución ha presentado este modelo a todos los gobiernos de Centroamérica. En Costa Rica, Panamá y El Salvador ya se hizo la entrega.
El documento también fue presentado a la ANEP y a Fusades. “Todos han recibido muy bien este insumo técnico”, dijo Artavia.
Los sectores productivos salvadoreños han presentado 21 protocolos al Ministerio de Trabajo para ponerlos en marcha cuando les autoricen reabrir las empresas.
“Pero creemos que esto no es un asunto de gobiernos, es nacional y es importante que exista una convergencia de esfuerzos para que el sector privado y el gobierno tengan el mismo punto de vista, para que la población sienta que están empujando en la misma dirección, en lugar de estar en contradicción”, comentó.
Para que todo lo anterior funcione, añadió, se debe establecer la disciplina suficiente dentro de cada sector y empresa para que la operación segura se cumpla en la práctica.
Para el investigador académico Óscar Picardo, la propuesta creada por el INCAE es “muy técnica analítica, lógica y bien razonada en base a parámetros sectoriales adecuados”.