Jugador de Primera vende lácteos durante la pandemia por Covid19
“Chino” Orellana ahora es emprendedor. Tiene su negocio de lácteos y también una floristería, sus bases para subsistir en plena pandemia por el coronavirus
Del fútbol, a los lácteos. Se dice o se lee fácil. Pero no. No lo ha sido para Ricardo “Chino” Orellana, jugador de equipos de Primera División como San Salvador, L.Á. Firpo, Once Municipal, Santa Tecla, Pasaquina, CD FAS, quien cambió una cancha de pasto por diversión a una cancha de emprendedurismo para subsistir. Ahora, sobre todo, aceptando la decisión de haberse ya retirado.
Sus tiempos ya no son como antes: 90 minutos jugando. Ahora, se dedica por completo a su negocio de lácteos y chicharrones; o a estar de lleno en la tienda de la floristería que también tiene. Negocios familiares que, en estos momentos plenos de la pandemia por el coronavirus (Covid19), lo han ayudado a subsistir y a salir adelante.
Ser emprendedor y tener éxito le ha tomado un tiempo al “Chino”, y no se arrepiente. Está feliz este jugador profesional, y como lo asegura: “Así se pueden dar ejemplos de que trabajando se puede salir adelante como emprendedores”.
La frase
No me arrepiento de la decisión (retiro), ya que los negocios familiares son más rentables que el fútbol. Gracias a Dios, en estos momentos, podemos generar empleos a otras personas
Chino Orellana,
Orellana, quien su último equipo fue Sonsonate(Clausura 2019), contó parte de su actual dinámica en el negocio, mismo que comparte con su esposa, Delia de Orellana, sus suegros y su cuñada. Además, aceptó que, todavía jugando, ya tenía “en mente tener un negocio”, pero es en este momento en el que le ha sido más “rentable” para sobrevivir ante la cuarentena domiciliar.
“Siempre tuve en mente tener un negocio; pero, por los entrenos y partidos, el fútbol me absorbía la mayor parte del tiempo, y como jugué en equipos fuera de San Salvador, se me complicaba aún más”, comienza contando.
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Luego, narra la verdad de lo que viven los futbolistas y las prioridades que cambian la vida de los jugadores: “Pero dadas las circunstancias de lo que últimamente ha venido afectando y dañando a nuestro fútbol, principalmente el tema económico y los atrasos salariales, a veces teníamos que esperar hasta tres meses para cobrar, entonces el fútbol para mí ya no era rentable. Pero gracias a Dios, tengo la bendición de que me involucraron en los negocios familiares, aún estando activo en el fútbol”.
“El Chino” explica que al principio solo “los ayudaba eventualmente”, hasta que tomó “la decisión de dejar de jugar fútbol, sabiendo que aún podía seguir, pero definitivamente pasó a segundo plano, porque el negocio sin duda dejaba mejores ganancias”.