La feligreses católica de Panchimalco, en San Salvador, celebraron el día de la Santa Cruz con una fiesta solitaria y silenciosa. Esta festividad es un momento para que personas de todo el pueblo se reúnen a rezar y cantar; sin embargo, la cuarentena obligatoria obligó a muchos a suspender todas las actividades con el objetivo de prevenir los contagios de COVID-19 en el país.
En la casa de Dora Miranda una de las principales mayordomos de las Cofradías, se escuchan rezos y cánticos en honor a la Santa Cruz. Es una fiesta de pocos invitados en donde todos guardan la distancia física.
Ella recuerda que en años anteriores llegaban músicos y se colocaban y adornos frutales que servían para darle vida al altar que ha tenido por largo tiempo dentro de unos su cuarto. Ahora, debido a las restricciones en los mercados, no se han comprado frutas.
“Nos sentimos tristes porque ahora hay menos personas. En este lugar se escuchaba música y la gente disfrutada”, recuerda Dora, momentos después de rezar el Rosario. La localidad se caracteriza por tener una cultura católica fuertemente arraigada, pero la pandemia frenó todas las actividades religiosas.