Melania Trump cumple 50 años este 26 de abril convertida en una mujer discreta, fuerte y hermética, aunque amable y cálida en sus formas. Lejos de ser una mujer florero, esta eslovaca afincada en Estados Unidos, hoy primera dama, ofrece una imagen de estabilidad en tiempos de crisis.
Que a nadie se le pase por la cabeza subestimar a Melania Trump (1970, Novo Mesto, Eslovenia), “tiene una influencia poderosa” sobre su marido Donald Trump, “tanto en materia política como en la forma en que maneja a su personal”, escribía la periodista Kate Bennett en su libro “Free, Melania: The Unauthorized Biography”.
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Dicen quienes la han tratado que es “amable y cálida”, una mujer de “carácter”, un don que ha demostrado en público. Basta recordar la frase que dijo en 2018 —“soy madre y primera dama, así que tengo cosas mucho más importantes en las que pensar”— al ser preguntada por las presuntas relaciones extramatrimoniales de su esposo.
“Soy muy fuerte y sé cuáles son mis prioridades”, sostuvo Melania Trump, quien cuestionada sobre si su matrimonio está en crisis, como apuntan algunos medios de comunicación desde hace meses, fue tajante en su negación y aseveró que solo son “cotilleos” de la prensa.
Desde que se convirtió en primera dama, Melania ha sido la antítesis de su marido en lo que respecta a su personalidad y relaciones con la prensa, ya que ella prefiere mostrarse discreta y sosegada y evitar conflictos y polémicas. Tan solo se ha enfadado en público para defender la privacidad de su hijo, Barron, un adolescente de 14 años.