El Ministerio de Salud ha comenzado a recetar tratamientos con hidroxicloroquina a personas a quienes no les han hecho la prueba por COVID-19, o a quienes sí se la han hecho pero no han recibido resultados, y que no han presentado síntomas, pese a los distintos estudios científicos a escala internacional que advierten sobre los efectos adversos de este tipo de fármacos.
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Las personas que han recibido este tratamiento cumplieron con su cuarentena en el mismo centro de contención. En días previos, fueron al menos 98 personas que salieron de este centro sin que les realizaran la prueba por COVID-19 antes de ser enviados a sus casas para continuar la cuarentena de forma domiciliar. En los últimos días a algunos les han llegado a hacer la prueba, pero no han recibido los resultados de esta.
Pero tanto a quienes les han hecho la prueba, sin recibir resultados, como a quienes no le han tomado la prueba, equipos de Salud han comenzado a llegar a sus casas para entregarles este tratamiento.
Una de estas personas habló con El Diario de Hoy pidiendo que se guardara su identidad. Explicó que ingresó a El Salvador el 12 de marzo, que ya pasaron más de 40 días de su regreso al país, pero en ningún momento le han hecho la prueba. Lo que sí recibió en su casa fue a un equipo de la unidad de salud de la zona que llegó a dejarle los medicamentos como tratamiento “profiláctico”, es decir de forma preventiva.
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El tratamiento que le dejaron está compuesto por pastillas de Plaquinol 400 miligramos (hidroxicloroquina), Azitromicina 500 miligramos y un frasco de Acrimin crecimiento (sulfato de zinc).
A él le pareció extraño que le indicaran este tratamiento aunque no tiene síntomas.
Cuando se los entregaron tuvo que firmar una hoja de consentimiento informado, donde se describían los efectos secundarios que podría padecer. La hoja no se la dejaron, sino que se la llevó el personal de salud.
“Me pareciera que dan el tratamiento para curarse en salud, ‘si en caso se nos fue alguno, que no le dé muy fuerte’, esa es mi apreciación”, comentó.
Al comunicarse con las otras personas que también cumplieron la cuarentena en el mismo centro, descubrió que no ha sido el único a quien le han llegado a dejar los medicamentos.
Aunque les han dicho que no es obligatorio que acepten los medicamentos, les preocupa no saber cuáles son los resultados de sus pruebas, a los pocos que sí se las han hecho, y que además no les han hecho evaluaciones médicas previas a la entrega de este tipo de medicamentos.
En los últimos días, recientes estudios científicos realizados en Estados Unidos y Francia han señalado que no se pueden comprobar beneficios del uso de la hidroxicloroquina para el tratamiento por COVID-19, mientras que sí se han demostrado los efectos adversos. Entre estos están arritmias cardíacas y convulsiones.
El Diario de Hoy consultó con especialistas que tienen experiencia en el uso del fármaco.
El jefe del Servicio de Infectología del Hospital Rosales, Rolando Cedillos, dijo que actualmente no hay ningún tratamiento eficaz y seguro para el coronavirus. Lamentó que Salud esté tomando decisiones sin evidencias médicas.
“Hay pronunciamientos de sociedades científicas que previenen contra el uso indiscriminado de estos medicamentos particularmente en personas asintomáticas”, dijo. “Los médicos deberían de estar preparados para atender a las personas que inevitablemente podrían presentar los efectos adversos bien conocidos del medicamento”, añadió Cedillos.
El especialista hizo hincapié en su desacuerdo por el uso de este tratamiento sin tener pruebas científicas que lo respalden.
El presidente de la Asociación de Infectología, Mario Gamero, reiteró la falta de evidencias científicas sobre el uso de este medicamento. Pero dijo que en caso se decida usar debe ser bajo una estricta prescripción médica a un paciente positivo de COVID-19 que esté presentando síntomas graves.
“Y antes tiene que hacerle un estudio del corazón, para identificar si no tienen un problema de riesgo. Tiene que tener un estudio cardíaco bien establecido, al menos con un electrocardiograma. No son dulces los que andan dando”, señaló Gamero.
El infectólogo de adultos Iván Solano Leiva se mostró muy preocupado por la forma en cómo se están entregando estos fármacos, sobre todo por la mezcla de hidroxicloroquina con azitromicina.
“Ese tipo de situaciones son peligrosas, son graves, en primer lugar porque no saben si son negativos o positivos. Y, asumiendo que sean positivos, este tipo de medicamentos no han demostrado con suficiente robustez científica que curan”, dijo Solano Leiva.
Además, llamó a los médicos de unidades de salud a que consideren no dar este tratamiento. “Si a esos pacientes les llega a pasar algo, el demandado será el médico no el Ministerio de Salud”.