Carlos Pérez Trejo
Carlos Pérez Trejo: “La carga financiera que se le viene al gobierno en los próximos años será altísima y habrá que pagarla”
La deuda que el país está asumiendo solo este año (más de $2,600 millones) elevará a más del 80% del PIB la deuda nacional. Así lo plantea desde ya el economista y asesor experto en finanzas públicas, Carlos Pérez Trejo, quien no oculta su preocupación por lo que el país deberá enfrentar en los próximos años en material fiscal.
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Si ya el gobierno pagaba anualmente un servicio de la deuda (cuota anual de pago de préstamos) de más de $1,000 millones, con un aumento como el que se adquirirá este año, ese pago será mucho mayor y por ende, habrá que trabajar en conseguir más recursos.
“Sí o sí es necesario un ajuste fiscal en los próximos años y por el lado de los gastos está bien complicado porque ya no hay margen”, señaló el economista.
Para Pérez Trejo, el ajuste deberá analizarse por el lado de los ingresos, en los que un aumento de impuestos tendrá que ponerse sobre la mesa, aunque no especificó cuáles podrían ser algunos de los que se podrían considerar pues afirma que antes hay que ver cómo se desenvuelve la economía después de pasada la pandemia.
“Se tendrá que hacer un ajuste fiscal muy fuerte para poder regresar a la senda de la sostenibilidad”, afirmó.
Pero además, las medidas tendrán que analizarse a la luz de un crecimiento económico que se ve lejano tomando en cuenta las proyecciones de este año.
El Fondo Monetario Internacional pronostica una caída del -5.4 % del PIB para El Salvador este año, lo que significa menos empleos y consecutivamente, menos ingresos tributarios para el Estado.
Para el experto fiscal, la economía no volverá a la normalidad inmediatamente y tampoco se logrará una confianza con rapidez por parte de inversionistas.
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Además no se sabe con certeza en qué momento terminará la crisis del coronavirus pues aunque los más optimistas creen que esto acabará a más tardar junio, no se sabe si habrán rebrotes o si vendrán nuevas crisis económicas derivadas del coronavirus.
El FMI, al aprobar recientemente $389 millones para El Salvador, le ha recomendado al gobierno que haga un ajuste del 3.5 % del PIB, pero para Pérez Trejo, este no es un compromiso que condicione al gobierno a hacerlo sí o sí.
“No sabemos si ellos querrán hacer un ajuste”, asegura. Sobre todo a las puertas de elecciones legislativas en 2021.
“Se tendrá que hacer un ajuste fiscal muy fuerte para poder regresar a la senda de la sostenibilidad si es que se quiere eso. El gobierno puede no hacer nada”, agregó.
Otros países han pedido menos deuda
Para el economista, el inicio de unas finanzas sanas debió comenzar por la solicitud de préstamos. Afirma que Guatemala, por ejemplo, con una economía mucho más grande que la de El Salvador solo ha solicitado $1,500 millones para afrontar la crisis mientras que El Salvador, que tiene una economía más pequeña, ha requerido una de por $2,000 millones además de otros préstamos por $600 millones que había pedido a inicio de año para financiar el presupuesto.
“Eso complica el nivel del servicio de la deuda porque aumenta el riesgo para el país y no está bien” , añadió.
Para el economista es importante que pasada la crisis el gobierno enderece sus finanzas otra vez, busque sanearlas y trate de mantener el equilibrio pues sostener un elevado nivel de deuda sin crecimiento sería complicado.
Carlos Acevedo. Foto EDH / Archivo
Carlos Acevedo: “Es más difícil hacer ajustes cuando tenés una deuda elevada y sin crecimiento”
Cuando Carlos Acevedo tomó las riendas del Banco Central de Reserva (BCR) en 2009 también tuvo que asumir un compromiso fiscal con el Fondo Monetario Internacional (FMI) con el que el país había suscrito un acuerdo Stand-by para contener la crisis financiera que inició en 2008.
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Este compromiso era hacer un ajuste del 3% del PIB con el que se ordenarían las finanzas públicas en vista de que la economía cayó a -2.5 % del PIB y había que “apretarse el cinturón” para tener más ingresos.
En ese momento, la deuda del país rondaba el 50 % del PIB y aunque paulatinamente se aplicaron varios impuestos y los ingresos del Estado aumentaron, los gastos fueron mayores. Así, el ajuste solicitado por el FMI se fue postergando y solo se lograron figuras como la Ley de Responsabilidad Fiscal para no excederse en los gastos.
Hoy que el coronavirus ha sorprendido a todas las economías mundiales, El Salvador alcanza una deuda que supera el 70 % de su PIB y las proyecciones más alentadoras indican que su economía caerá a -3%, según organismos como la Cepal.
“Es más difícil hacer un ajuste cuando tenés la deuda elevada y sin crecimiento económico”, advierte Acevedo.
Ahora que el FMI ha prestado los primeros $389 millones para afrontar la crisis, ha pedido un nuevo compromiso por un ajuste fiscal de 3.5% del PIB.
“Plantearse otra vez los tres puntos de ajuste es lo mínimo que se podría hacer ahora”, dice Acevedo.
Pero ¿cómo hacerlo si la caída en la economía será más pronunciada que antes? Para el exfuncionario, esta vez la mayor parte de la deuda salvadoreña (30.2% del total de la deuda) la tienen los organismos internacionales (Banco Mundial, BID) y para aliviar lo que se viene, podrían analizarse alternativas como diferir el pago de intereses de la deuda y con ello, desahogar el pago de intereses, que solo en 2019 superaron los $1,000 millones.
“Algún alivio sí se podría dar porque pagar un servicio de deuda como si estuviéramos en tiempos normales lo veo complicado” , afirmó.
Además afirma que es tiempo que se analice la aplicación de algunos impuestos que por muchos años se han recomendado, pero que por cuestiones políticas se han dejado de lado.
Uno de ellos es el impuesto predial, que impone un gravamen a las propiedades de acuerdo a un valor determinado en la ley.
“A la gente le asusta hablar de aumentar impuestos, pero el impuesto predial, por ejemplo… El Salvador es el único país que no lo tiene en la región y aunque no sería mucho lo que recaudaría, serían ingresos importantes” , señaló.
También señaló que se deberían analizar pagos a precio de mercado de servicios como el agua para personas que sí tienen la capacidad de hacerlo.
“Hay algún espacio, pero sí se debe hacer un análisis técnico” , agregó el exfuncionario.
El gran reto será aplicar tributos que no dañen a la economía que de por sí estará frágil por los efectos del coronavirus.