Estación lluviosa y cuarentena: la prioridad entre economía y salud

La entrada de la temporada de lluvias y la temporada de siembras creará una tensión sobre la prioridad entre la economía y la salud. Pensamos que hay que buscar un balance adecuado

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En El Salvador esta enfermedad ya cobró la vida de siete personas, la mayoría infantes. Foto EDH/archivo

Por Adolfo Bonilla Bonilla

2020-04-14 8:28:17

El sábado 4 de abril de 2020 cayó una breve llovizna en la ciudad de San Vicente. Era el anuncio del comienzo de la temporada lluviosa en nuestra región. Normalmente, la estación de lluvias empieza en mayo y termina en octubre, para dar paso a una nueva temporada seca. Las dos temporadas son importantes y se complementan perfectamente. La temporada lluviosa es imprescindible para cultivar y para el crecimiento de los pastos para la ganadería. Es vital para la siembra, limpieza y abonados del café. La temporada seca es absolutamente necesaria para recolectar las cosechas en seco. De otra manera no se podría recoger la cosecha de maíz y frijoles en los lugares de siembra. Igualmente debe haber temporada seca que permita sacar la caña, ya que de otra manera las rastras y camiones que la acarrean a los ingenios no podrían entrar y salir de los cañales. El mismo carácter de necesidad tiene la estación seca para la cosecha del café.
Este equilibrio natural permite las dos etapas de la temporada agrícola: cultivo y cosecha. En este momento, por ejemplo, está a punto de terminar la recolección de caña y los ingenios paran de moler y entran a un largo periodo de reparaciones y revisiones de la maquinaria para que a finales de noviembre todo esté listo para una nueva zafra. La siembra de caña se hace al principio de la época seca o a inicio de la época lluviosa. También al inicio de la época seca se preparan los silos de zacate para alimentar a los animales. Hay que aclarar que esto es valido para las tierras que sólo se trabajan con el agua de lluvia, ya que las tierras de regadío, que son pocas, se pueden trabajar todo el año. Hay que decir también que la siembra involucra no sólo al campo, sino simultáneamente a la ciudad por las razones que se dirán en breve.
Dicho esto, vale decir que en marzo y abril se limpia la tierra para que esté lista para la siembra al caer las primeras lluvias. Lo primero que se siembra es el maíz y la primera cosecha de frijol, ya que la segunda siembra es a finales de agosto y principios de septiembre. En junio se siembra el arroz y en agosto y septiembre el maicillo, que junto al maíz son importantísimos para la alimentación de las aves de corral, cerdos y ganadería. La época lluviosa es también importante para la siembra de hortalizas. Finalmente, el inicio de la época lluviosa activa todas las actividades relacionadas con el cultivo del café.
Para las personas que no están familiarizadas con la vida rural y la agricultura y ganadería, se desea señalar grosso modo todo lo que envuelve el inicio de las siembras, con el fin de prever las dificultades que se presentarán a fines de abril para mantener las cuarentenas por el coronavirus. El reparto del bono de 300 dólares por familia prácticamente ha hecho imposible sostener de manera rigurosa las medidas de aislamiento y no circulación en las calles. Es de prever que la preparación e inicio de las siembras también hará muy difícil que se cumplan esas disposiciones, aunque estén legalmente establecidas.
Si analizamos las fases de la siembra, la afirmación anterior quedará fundamentada. Primero, el proceso de preparación de la siembra significa, para quienes no son propietarios, pagar el alquiler de la tierra. Segundo, se debe preparar el dinero para pagar el arado del terreno, comprar las semillas, los fertilizantes, los herbicidas y los insecticidas. Tercero, obtener ese dinero significa a veces hacer el trámite de un préstamo bancario; otras veces, vender granos en las plazas de las ciudades, o vender gallinas o incluso algún ganado. Todo ello se hace en las ciudades. Cuarto, la compra de semillas, fertilizantes, herbicidas e insecticidas se hace en los agroservicios de ciudades, pueblos y cantones. Significa multitud de hombres y mujeres cargando y descargando camiones en las ciudades y en las áreas de cultivo. Quinto, la siembra es trabajo colectivo. Los abonados y limpiezas de los cañales mueven multitud de hombres y mujeres. Sexto, al comienzo de cada época de siembra para los granos básicos, el Gobierno a través del Ministerio de Agricultura y Ganadería reparte los paquetes de ayuda agrícola para familias agricultoras de escasos recursos. Eso no se ha hecho y a finales de abril o al iniciar mayo tiene que hacerse. Ese proceso año con año genera grandes aglomeraciones de hombres y mujeres que van a recoger su paquete agrícola en los puntos de distribución.
Por lo dicho anteriormente, el comienzo de la temporada lluviosa y de las siembras, principalmente de granos básicos, pondrá una gran presión para terminar las cuarentenas o modificarlas con relación a la actividad agrícola. Lo más grave es que esta fase del trabajo de la tierra puede coincidir con el pico de enfermos de la peste del coronavirus. Si las cuarentenas se extienden a mayo y se mantienen como están, lo previsible es que la capa trabajadora agrícola no las obedezca en su totalidad. Si lo hacen, se quedarían sin sembrar. Lo cual significaría que en miles de años por primera vez nuestros campesinos no sembrarían su maíz, frijoles, ayotes, pipianes, chiles, yucas, entre muchos otros alimentos. Toda una tragedia nacional ya que se trata de la comida básica de la población.
Todos estos elementos seguramente ya se están considerando o deberían considerarse por las personas que toman decisiones en el Gobierno. La entrada de la temporada de lluvias y la temporada de siembras creará una tensión sobre la prioridad entre la economía y la salud. Pensamos que hay que buscar un balance adecuado entre las dos.

Historiador