Frutas tropicales: de su extravagante sabor a sus grandes propiedades
Las frutas tropicales también figuran en la época más seca del año. Mientras degustas su singular carnosidad, estas te ofrecen una importante cantidad de vitaminas, minerales y beneficios curativos.
La migración no solo implica a los seres humanos, junto a ellos también se desplaza la gastronomía. Y es así como frutas que se consideran muy locales y tropicales han recorridos varios kilómetros para instalarse en otras regiones, como el mango que provino del noreste de la India o el marañón que llegó desde las selvas amazónicas de Brasil.
En esos antiguos y nuevos desplazamientos es como cada país ha enriquecido la variedad de sus cosechas y su paladar. Pero El Salvador puede jactarse de tener tres frutos autóctonos: el jocote, el zapote y la guayaba. De acuerdo con el consultor gastronómico Jorge Cipactli Alvarado, el parque arqueológico Joya de Cerén es la mejor evidencia de lo que en el país se consumía en épocas prehispánicas: “Aquí está el inventario de alimentos, con evidencia antropológica y arqueológica”.
A ellas se sumaron otras frutas, consideradas por muchos exóticas, pero para el experto salvadoreño, deberían, en realidad, definirse como “salvajes” o de supervivencia. Crecieron y se diseminaron en geografías boscosas con respecto a los cafetales del país y pronto comenzaron a ser consumidas, como los pepetos, las paternas, el carao y el nance, entre otras.
Entonces, la etiqueta de lo singular debería quedar para la manzana, la fresa o el durazno, es decir, aquellos frutos realmente foráneos.
“El consumo de estas frutas autóctonos desciende porque ha ido desapareciendo la biodiversidad, los bosques. A nivel local, podrían desaparecer porque talamos árboles y porque no las estamos consumiendo. El azúcar misma se convirtió en nuestra fuente de calorías y esto es bien peligroso, porque nos lleva a enfermedades como la diabetes y la hipertensión”, detalló el también chef, sobre la reducida degustación que ahora hacen nuevas generaciones sobre estos sabores nativos.
Es en estas frutas locales donde también se encuentran innumerables beneficios, propiedades o vitaminas. Y ello también se ha olvidado, según Alvarado. Es en la ruralidad donde aún se mantienen estos atributos como “parte de la magia de las plantas y respecto a la cosmovisión de que las plantas curan”.
Hojas, carne, semillas y hasta sus troncos son fuentes de vitaminas, minerales y poseen importantes propiedades curativas. Y también la ciencia las respalda.
En esta época seca, donde abundan las frutas tropicales —y su extravagante sabor—, compartimos algunos atributos de ellas. ¡Y a disfrutar!
Zapote Especie: Pouteria sapota Propiedades: contiene vitamina B6 y vitamina C y E, buena fuente de riboflavina, niacina, manganeso, potasio y fibra dietética. Cada 100 gramos de zapote posee 22 mg de calcio y 14 mg de fósforo. Su semilla molida y tostada mejora procesos de cicatrización, y el polvo de ella diluido en agua se bebe para tratar el asma bronquial o tos. Además, estimula el sistema inmunológico, mejora la hipertensión y la digestión.