¿Ingeriste lejía accidentalmente? Esto deberías hacer

Exponerse a este producto químico es un detonante para el organismo. Pero si actúas a tiempo detendrás los efectos. La lejía se diluirá o desaparecerá con los malestares.

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Foto EDH / Shutterstock

Por Diana Orantes

2020-04-12 4:13:11

Hoy más que nunca la gente ha incorporado a la limpieza habitual de la casa un químico muy eficaz: la lejía, también conocida como hidróxido de sodio por el elemento tóxico que lo compone.

Es sumamente efectivo para limpiar pisos, vajillas, cemento, purificar el agua y desinfectar frutas o verduras.
Pero cuando hay una exposición prolongada a la lejía, el cuerpo reacciona de distintas maneras.

En las vías respiratorias y pulmones, puede causar dificultad para respirar, inflamación de pulmón, estornudos, perder la sensibilidad olfativa o malestar en la garganta.

Es aún más peligroso si este producto ingresa al organismo, porque los malestares se perciben en el esófago, los intestinos y el estómago.

Un incidente así le ocurrió a Rafaela García, habitante de San Salvador. Su madre, de avanzada edad, desinfectó el plato de cocción con lejía pero olvidó enjuagarlo con agua. García colocó su almuerzo ahí, lo calentó y se lo comió. De inmediato comenzó a tener síntomas de una intoxicación: ardor en las encías, dolor estomacal, dolor de cabeza y mucho malestar general.

El servicio de información de la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos, MedlinePlus, sugiere que en esos casos hay que beber agua o leche, a menos que un médico de cabecera indique otra medida o que haya vómito, convulsiones y disminución de lucidez.

El individuo volverá a la normalidad dependiendo de la rapidez con la que se diluya o neutralice el químico en su cuerpo. En casos severos, los signos dolorosos persisten y pueden llevar a la muerte.

En cambio, si la lejía contaminó los ojos, oídos, nariz o garganta, se manifestarán babeos, fuerte dolor en la garganta, pérdida de la visión y ardor. Para contrarrestar esto, enjuague con agua o salga al aire libre para oxigenar los pulmones.

Otro problema común es que la lejía tenga contacto directo con la piel y ocasione quemaduras, urticaria e irritación. En estos casos limpie con mucha agua.

Este químico es peligroso, pero una adecuada manipulación evitará los accidentes.

Niños en riesgo

La ingestión accidental de la lejía en niños debe tratarse inmediatamente y con precisión. Antes de llevar a un pequeño al hospital o mientras esperas una ambulancia —si el caso fuera grave— no trates de inducirlo al vómito porque la lejía viajará de regreso al esófago y lo dañará más, y tampoco le des agua, ni leche o soluciones caseras. Lo primordial es llamar al servicio de salud. No olvides llevar al médico el producto que ingirió.

Lejía, un producto cáustico

Ya que se trata de un compuesto químico que al contacto con el cuerpo humano puede generar graves lesiones en los tejidos —algo parecido al impacto que genera una quemadura de sol— entra en la clasificación de productos cáusticos como el cloro, productos de limpieza, productos cosméticos y de higiene personal. Algunas personas mezclan la lejía con amoníaco, pero es sustancialmente peligroso ya que produce vapores tóxicos.