El desgarrador relato de una enfermera de Cuidados Intensivos en Texas donde ningún paciente con coronavirus sobrevivió

"Cuando sus cuerpos finalmente dejan de pelear, los colocamos en una bolsa para cadáveres", describe Aleixandrea Macias, de 24 años quien fue delegada en la UCI a falta de personal calificado para esta área. Suplica escuchar a los trabajadores de Salud.

descripción de la imagen

Por Xiomara Alfaro

2020-04-09 4:21:43

El COVID-19 ha marcado momentos muy difíciles para el personal sanitario que se mantiene en la primera línea de atención a pacientes con coronavirus en todo el mundo, ellos se ven obligados a realizar extensas jornadas de trabajo en medio de salas repletas de personas buscando atención médica.

Impotencia, miedo, cansancio, estrés hasta pensamientos suicidas, en algunos casos, marcan el día a día de quienes se ven obligados a sacrificar a sus propias familias por el temor a los contagios.

Aleixandrea Macias, es una enfermera en Brownsville, Texas, tiene 24 años, desde hace 13 días se ubica en la primera línea de atención a pacientes con coronavirus en una improvisada Unidad de Cuidados Intensivos, lugar al que ha sido asignada, sin tener experiencia en esta área,  dada la falta de personal capacitado para la misma.

“Llevo días seguidos queriendo volver a casa”, escribió en su muro de Facebook donde da detalles de los duros momentos que vive y la impotencia ante una sala repleta de personas con COVID-19 y de la que ninguno ha salida con vida.

Aleixandrea Macias muestra el equipo de protección que usa para atender a pacientes con COVID-19. Todos los ingresados en la UCI donde trabaja han fallecido por esta enfermedad sin importar la edad o estado de salud previo al coronavirus. Foto: Facebook.

 

Su rostro refleja las marcas del equipo de protección que debe usar durante varias horas en el día para evitar un contagio. Foto Facebook

“Nunca antes había visto algo así, nunca me había ocupado de alguien tan saludable, pero al mismo tiempo tan mortalmente enfermo”, señala mientras describe en las líneas cómo uno a uno han fallecido los pacientes, algunos de ellos muy jóvenes y sin complicaciones que comprometan su salud más que el COVID-19.

Macias acompaña su testimonio con una fotografía en la que se le nota cansada, impotente, con lagrimas en los ojos y marcas en su piel provocadas por la mascarilla que debe llevar por varias horas al día para evitar el contagio del coronavirus.

“¿Quien puede estar experimentado para este nivel de enfermos?”, exclama ante la inminente necesidad de suministros para atender a la cantidad de enfermos que se reciben  cada día, con quienes muchas veces se debe recurrir a la improvisación en un intento por salvarles la vida.

“No puedo contar las veces que escuché: bueno, podríamos intentar hacer esto, pero no tenemos esto”, agregó. Muchas veces la impotencia le sobrepasa, se derrumba hasta llegar a creer que su trabajo es inútil pues, en los 13 días que lleva en la UCI, no ha visto a un solo paciente sobrevivir.

“Cuando sus cuerpos finalmente dejan de pelear, los colocamos en una bolsa para cadáveres”, describe y suplica escuchar a los trabajadores de Salud, “este virus mata a las personas. Solo ha sido un juego de ver cuánto tiempo podemos mantenerlos medio vivos, siento que nuestro esfuerzo es inútil”.

Cuando las personas enfermas llegan a Cuidados Intensivos aún no han sido sedados, están con una crisis respiratoria grave, pero antes de intubarlos les permiten que llamen a su familia, momento que dice estremece su corazón al pensar que puede ser la última vez que escuchen a sus seres queridos. “El único consuelo que me queda es saber que ayudé a darles esos últimos momentos con su familias”, añade.

“Mantente fuerte” y “gracias!”, los mensajes que Aleixandrea Macias logra ver desde la ventana de la unidad donde trabaja. Foto Facebook.

“Esta noche me duele mucho el corazón por estas familias que han perdido personas por completo demasiado pronto, por aquellos que están enfermos y absolutamente aterrorizados, y por todos nosotros que seguramente tendremos alguna forma de TEPT (trastorno de estrés post traumático) después de que esto termine”, concluye.

Estados Unidos sigue a la cabeza como el país con el mayor número de contagios por coronavirus, el jueves alcanzó los 453,748 casos positivos y se contabilizan más de 15 mil muertos, sumado a la escasez de equipo médico cruciales para el combate de la pandemia. 

Da mucho miedo (trabajar sin equipos de protección)”, dijo Frank Candela, jefe de personal del Hospital West Hills de San Fernando Valley, en California, a la BBC Mundo.

Mascarillas, guantes y otros suministros médicos en reservas federales de emergencias están a punto de agotarse.

Mientras el presidente Trump culpa a la Organización Mundial de la Salud (en declaraciones de este jueves) por las las estadísticas que crecen sin cesar, aumentan también las voces de alarma por desabastecimiento por parte de los trabajadores de salud, hospitales, funcionarios y gobernadores en el país más rico del mundo.