Silvia Yesenia Menjívar Menjívar, tenía 25 años de edad y trabajaba cuidando niños en Nueva Trinidad, en Chalatenango. Ella desapareció la tarde del martes pasado y su cadáver fue encontrado casi 24 horas después, según la oficina fiscal de Chalatenango.
La tarde del 31 de marzo pasado, Silvia Yesenia salió de trabajar y lo más probable es que iba para su casa en el cantón Carasque del referido municipio.
Como no llegó a su casa, su madre pensó que se había quedado a dormir en el trabajo por la cuarentena domiciliar.
Sin embargo, Silvia Yesenia ya no llegó a su casa al día siguiente, por lo que la madre se fue a la Policía de Nueva Trinidad a poner la denuncia por desaparecida, pero ahí le dijeron que tenía que esperar 24 horas para tomarla como tal. Era tanta la desesperación de la madre que les pidió de favor a los policías que la acompañaran a buscar a su hija, a lo cual que accedieron.
Su cadáver fue hallado a eso de las 3:00 de la tarde de ayer miércoles en un terreno de la calle de Nueva Trinidad al cantón Carasque. Tenía heridas con arma blanca, según el informe fiscal.
El Movimiento de Asociaciones de Mujeres de Chalatenango (MOAMUCH) al condenar el asesinato de Silvia Yesenia, consideró que su caso es similar al de “muchas mujeres que salen a trabajar por necesidad y también por solidaridad, realizando el trabajo de cuidado que tan mal pagado es en El Salvador”.
El referido movimiento demandó de las autoridades policiales y fiscales que profundicen las investigaciones para dar con los responsables del crimen y que sean llevados a los tribunales para que enfrenten a la justicia.
“La pandemia no justifica que este asesinato no sea investigado con urgencia. Si no se atiende como corresponde, este sería como un mensaje claro de que existe un espacio de mayor impunidad para la violencia contra las mujeres y de nuestras vidas, las de todas las mujeres correrían más riesgo”, señala el referido movimiento feminista.
Pidieron “pronta y efectiva justicia” en el caso de Silvia Yesenia, para que no quede en la impunidad como muchos otros.
Señala además que en medio de la pandemia, muchas mujeres como enfermeras, trabajadoras del hogar, niñeras, adultas mayores, con padecimientos de salud, siguen trabajando; pero “las calles que siempre son inseguras para nosotras, ahora lo son más, porque menos gente las transita, y quienes las transitan probablemente son más hombres”.