Diego acomoda en su espalda una bomba. A lo lejos visualiza que un carro se aproxima al perímetro, en donde se ubica la pluma que elaboraron de forma artesanal, con varas de bambú. Junto a Diego está José, dirigente de la comunidad. En sus manos sostiene un bote de alcohol gel y un atomizador. Cada carro es rociado y sus usuarios se deben bajar. Saben que la prevención ante el coronavirus es fundamental.
Primero el alcohol gel en sus manos, que frotan siguiendo las indicaciones. Luego, las suelas de los zapatos, una por una, rociadas con el mismo líquido que se aplica a los carros.
Un 50 % de agua y 50 % de cloro: esa es la mezcla que los jóvenes utilizan para desinfectar a la entrada del cantón Teosinte, en San Francisco Morazán, Chalatenango.
José Flores, miembro de la Directiva de la comunidad, y Diego Guardado, cuidan desde la pluma que sirve como aviso a todo visitante que debe de detenerse y someterse al protocolo de salubridad que, para ellos, asegura el bienestar de las 82 familias que viven en la zona.