El gobierno tiene luz verde para comprar y contratar bienes, equipo e insumos de forma expedita para enfrentar la emergencia nacional por la pandemia del COVID-19, pero eso no lo exime de los controles que toda gestión transparente requiere y que corresponde a la Corte de Cuentas de la República (CCR).
El magistrado segundo de la CCR, Roberto Antonio Anzora, afirmó que para garantizar que todo sea cristalino durante y después de la actual emergencia, esa institución definió seis líneas de auditorías e igual número de equipos que se encargarán de hacerlas cumplir.
“Las direcciones de auditorías realizarán diferentes acciones de control para fiscalizar los recursos presupuestados para atender la emergencia nacional ocasionada por la pandemia COVID”, afirmó el magistrado Anzora.
Esas acciones que son parte del plan de fiscalización serán aplicadas a las instituciones vinculadas a la emergencia entre ellas, los ministerios de Salud, Obras Públicas, Gobernación, Turismo, Casa Presidencial.
Las órdenes de trabajo que tendrán como fin realizar los exámenes especiales trazadas en la estrategia del plan, entrarán en vigencia esta semana, con el cuidado de no entorpecer la gestión del gobierno. Las líneas de auditorías por aplicar son: construcción del nuevo hospital en terrenos del Centro Nacional de Ferias y Convenciones (CIFCO) a cargo del Ministerio de Salud y Obras Públicas, la mesa de crisis por parte de los ministerios: Gobernación, Turismo, Casa Presidencial entre otras, adquisición de equipo e insumo médico a través del Instituto Salvadoreño del Seguro Social.
Asimismo, esta la auditoría a la administración de donaciones nacionales e internacionales, la distribución de los $300 de subsidio del gobierno a las familias que han dejado de percibir sus ingresos por las restricciones sanitarias.
Y finalmente está la auditoría a la entrega del bono de $150 para el personal que participa directamente en la emergencia como Fosalud, los ministerios de Salud, Gobernación y Policía Nacional Civil.
Los procesos contralores se profundizarán en la medida que el gobierno defina sus líneas de acción.
“Para realizar esta labor el personal asignado estará en medio de las circunstancias de la emergencia. El equipo consta de 41 personas: siete directores, siete subdirectores de auditoría, seis jefes de equipo y 21 auditores, cantidad que podría ampliarse según sea la necesidad”, explicó el magistrado Anzora.