En estos días de cuarentena siempre es bueno echar un vistazo al archivo, y si se tiene una excusa periodística, mejor. Hace unas semanas hice un pequeño sondeo sobre cuál equipo de antaño era mejor antes de que le compraran sus actuales dueños.
Los clubes que salieron a escena fueron: Chelsea, Manchester City y PSG, todos muy millonarios y con historias distintas antes de que sus actuales dueños les adquirieran hace unos años.
Chelsea resultó ganador y tocó hacer el artículo. Ganó por más de la mitad de los votos.
¿Qué club era mejor el año antes que lo compraran sus actuales dueños? Haré un artículo del que tenga más votos:
— (@RobbieRuud) March 22, 2020
La última temporada previo a la compra de Abramovich, una en donde el club rozaba la quiebra, el Chelsea logró clasificar a la UEFA Champions League con un plantel modesto pero muy combativo. Sí, fue con un esfuerzo titánico y sin la inyección descomunal de millones y millones de dólares que otros sí tenían.
Antes de que el magnate ruso cambiara para siempre el fútbol mundial con la adquisición del equipo del león azul londinense, el Chelsea se caracterizaba por su magia y excentricidad exhibida en varios talentos; y pensar que los mismos ni siquiera formaban parte de sus selecciones nacionales, pero vaya qué espectáculo daban en la Premier League de antaño.
Según las estadísticas, mostraré a continuación el once con más partidos en aquella temporada, la 2002-2003, una dominada por Arsenal y Manchester United, siendo este último el campeón de la misma.
En el arco estaba Carlo Cudiccini, quien se había afianzado en los tres palos en detrimento del larguirucho Ed de Goey. En el costado derecho defendía Mario Melchiot, un zaguero holandés con muchas deficiencias, pero con mucho físico y voluntad.
Los centrales eran William Gallas y Marcel Desailly. El “tractor”, ya entrado en años, jugaría su penúltima temporada en “The Bridge”, mientras que Gallas se acomodaba más en la zaga al tener unos cuantos años más de experiencia que John Terry.
Al final “Ironman”, con la retirada del campeón del mundo, sería titular y capitán indiscutible.
En la izquierda, el dueño de esa banda fue el velocísimo Celestine Babayaro, de los pocos seleccionados del plantel dirigido por el italiano Claudio Ranieri.