Frente al posible impacto del Covid-19 en el país, especialistas con décadas de experiencia en Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) señalaron la urgencia de comenzar a preparar a médicos y enfermeras en intensivismo.
El doctor Fausto Portillo, quien hizo su posgrado de Cuidados Intensivos en el País Vasco y fue el encargado de echar a andar la UCI de los hospitales de Maternidad y Zacamil, se ofreció para entrenar personal médico y de enfermería en cuidados intensivos.
Portillo dijo que esta preparación se podría realizar en uno o dos meses. Para el personal de enfermería, Portillo indicó que existen enfermeras con más de 20 años de experiencia en UCI que también podrían ayudar en la formación.
“En cuanto a los médicos es preferible entrenar a médicos internistas, ya que estos saben leer EKG (electrocardiograma) y Rayos X de tórax”, dijo Portillo.
El especialista propuso que la formación inicie con el tema del manejo del ventilador mecánico.
“En los hospitales Rosales y Nacional de la Mujer los tenemos y se puede dar tutoría práctica a pequeños grupos, de cinco a diez”, agregó.
El médico intensivista añadió que se les podría dar una guía sobre todo lo que concierne al paciente crítico: monitor de signos vitales y vías centrales, las cuales son catéteres que se ponen en venas gruesas.
Explicó que en esos catéteres se administran medicamentos que no pueden ir en venas periféricas. “Ahí se ponen hasta seis bombas de infusión, por cada bomba va un medicamento, más hoy que muchos antibióticos van en infusión prolongada, tres horas, o continua, 24 horas”, expresó Portillo.
El intensivista Juan Arnoldo Duarte, quien fue el encargado instalar la UCI del Rosales, dijo que él está dispuesto a dar su asesoría en el montaje de las UCI.
En el país actualmente solo hay alrededor de 48 intensivistas.
“Somos bien poquitos, por eso se necesita entrenar a más gente, más en casos como estos de catástrofe”, expuso Portillo.
Un intensivista tiene que haber concluido su doctorado en Medicina, además de tener un posgrado de Medicina Interna de un hospital escuela, ya que es importante dominar la mayoría de las especialidades de Medicina Interna, dijo Duarte. El posgrado en Cuidados Intensivos puede durar tres años. Además de la experiencia que irá recabando con el tiempo.
Pero para poder atender las 300 camas de UCI del nuevo hospital temporal se necesitarían al menos 75 médicos intensivistas, 1,200 enfermeras. Además de terapistas respiratorios y fisioterapistas, según el médico.
La labor de los ayudantes de servicio y de limpieza también es muy importante para estas unidades, acotó.
Duarte comentó sobre la propuesta del presidente de la República Nayib Bukele de graduar médicos en año social, y consideró que para el personal que atienda en estas UCI la experiencia es necesaria. “No todos los pacientes son iguales, deben tener gente experimentada”, afirmó.
Portillo coincidió en que sería más difícil prepararlos para este tipo de atención crítica, ya que serían médicos nuevos. Pero no descartó que en caso de emergencia sea necesario prepararlos también.
Intensivistas conocerán sobre proyecto en CIFCO
Ayer por la tarde representantes de la Asociación Salvadoreña de Medicina Crítica y Cuidados Intensivos tenían prevista una reunión en el CIFCO, donde se construye el hospital provisional para atender a los pacientes por Covid-19. “Prácticamente va a ser el primer acercamiento para conocer el aspecto de la infraestructura, la logística, que posteriormente podamos aportar como asociación”, dijo Jaime Sánchez, médico intensivista y presidente de la asociación.
Sánchez expresó que actualmente ya hay colegas que han comenzado a impartir capacitaciones a médicos internistas en distintos hospitales del país.
“Hay un grupo de intensivistas en algunos hospitales que están programando esas capacitaciones”, informó Sánchez.
Una enfermera que ha trabajado en Cuidados Intensivos recomendó no llevar a personal sin mucha experiencia a estas UCI.
Dijo que el personal de enfermería que labora en UCI debe tener mucho conocimiento en farmacología, ya que se encargan de brindar los medicamentos, de saber cómo proteger a los pacientes. “Uno debe tener un oído tan agudo que debe reconocer hasta sonidos de los aparatos y reconocer si algo está fallando”, señaló.