A la sombra de las formas convencionales de hacer teatro, pero con el deseo de obtener un lugar más protagónico en la historia de las artes escénicas, se encuentran otras manifestaciones teatrales. Algunas más y otras menos conocidas, son impulsadas por colectivos, artistas independientes, festivales y actividades culturales, y desde ya conforman una alternativa para experimentar este arte.
Desde hace un tiempo, el teatro en El Salvador se representa de distintas maneras, en escenarios muy variados y con personajes diversos.
La manera de consumir esta forma de arte ha variado y es cada vez más enriquecedor saber que la oferta es mucha.
Cada año, por ejemplo, se desarrollan encuentros, festivales, concursos y premiaciones que promueven, impulsan y animan a los amantes del teatro a generar propuestas novedosas.
Tales como el Premio Ovación —que otorga el Teatro Poma y que el año pasado dio la oportunidad de generar un proyecto sobre teatro bufón, algo poco experimentado en el país— o la primera Bienal de Dramaturgia, que reconoce la experiencia de ciertos actores.
Los eventos para proyectar las artes escénicas tampoco se han reducido a contextos específicos, las puestas en escena se llevan a cabo en la calle, plazas, cafés y parques, todo lugar en donde haya un público curioso o con cierto bagaje cultural.
Son bien conocidos por ejemplo el Festival Nómada, el Festival de Teatro Hispano Salvadoreño, el Encuentro Nacional de Teatro Universitario o el Festival Internacional Escénico.
A su vez, estos eventos son para formar a los actores a través del intercambio cultural y talleres donde se les provee de herramientas necesarias para mejorar su trabajo, como sucede gracias al Encuentro Centroamericano de Actrices y Actores Proyecto Lagartija. Toda esta variedad de oportunidades para proyectarse y aprender ha sido gracias a la gestión de artistas escénicos, directores teatrales e instituciones culturales, y con el propósito de dar otros insumos a este arte.
Este viernes 27 se celebra el Día Mundial del Teatro y en el marco de esa fecha te detallamos algunas técnicas teatrales que están ganando terreno en las tablas salvadoreñas.
El teatro de títeres
Este género es conocido de distintas formas sinónimas como teatro de marionetas, figuras, objetos o animación, asegura el actor de teatro nicaragüense David Rocha. El uso del títere tiene diferentes técnicas, puede ser de guante, de varilla, de hilos o de barra. Otras veces se subdivide según sea la técnica del espectáculo. Los elementos que lo caracterizan son básicamente la mediación del muñeco (títere u objeto) entre el público y el actor. El títere funciona como materia muerta que el titiritero (animador o quien da alma al objeto) utiliza. Este se caracteriza en función dramática para transmitir, dialogar o mostrar distintas historias ante el público. Es muy visual y necesita de la acción y movimiento. El escenario puede ser desde una mesa hasta la nada, va a elección de cada espectáculo y artista. “El público familiar siempre se deja sorprender, quizás por el origen mágico o mítico”, señaló Rocha. Cualquier tema es abordable con títeres, de hecho hay funciones específicamente para bebés, niños de mediana edad, adolescentes, adultos y de tercera edad. En El Salvador algunos colectivos que lo impulsan son Ocelot Teatro y el Taller Inestable de Experimentación Teatral. Este último está realizando talleres virtuales, a través de su página de Facebook, para educar sobre malabarismo, expresión corporal, manipulación de títeres, globoflexia, vocacalización entre otros temas.