El arzobispo de San Salvador, José Luis Escobar Alas, confirmó que el cardenal Gregorio Rosa Chávez está cumpliendo su cuarentena en su casa y no en un albergue luego de arribar de Dallas, EE. UU. el jueves de la semana pasada.
Informó además que el religioso está bien de salud, al igual que una religiosa que lo acompañaba en el viaje.
El arzobispo dijo que quería aclarar el caso para quienes desconocen cómo es que el cardenal no fue llevado a un albergue como sí son obligados por el gobierno la mayoría de los viajeros que ingresan al país.
Monseñor Escobar Alas dijo que Rosa Chávez en un principio permaneció allí en el lugar hasta que Nunciatura (embajada del Vaticano) intervino para que a él se le enviara a casa.
La semana pasada circuló un vídeo en el que se ve al cardenal y unos acompañantes salir del aeropuerto, algo que no se le permite a ningún viajero que ingresaba al país en ese momento.
Esto provocó malestar en redes sociales porque consideraron que nadie debe tener preferencias en esta emergencia y porque en los albergues hay muchos adultos mayores que son sometidos a la cuarentena.
Actualmente, hay 1,240 personas cumpliendo cuarentena en 19 albergues habilitados por el Gobierno. Se trata de viajeros que arribaron a El Salvador en los últimos días procedentes de diversos países. Desde algunos albergues, como el de Jiquilisco, en Usulután, se han reportado carencias y malestar por las condiciones en las que se encuentran.
Denuncias sobre falta de atención médica inmediata para personas de tercera edad en albergues
La realidad para muchas personas de la tercera edad que cumplen cuarentena en los diferentes albergues es de carencias. El viernes, por ejemplo, adultos mayores operados de los ojos compartían habitación con alguien proveniente de Italia en Jiquilisco, Usulután. A ellos se les acabó la insulina y medicamento para la presión arterial. Algunos han sido trasladados hacia otros albergues.
Una mujer que fue trasladada junto a su padre desde el albergue de Jiquilisco al de la Costa del Sol denunció el domingo la falta de atención médica inmediata para su progenitor, quien padece diabetes. Señaló que no le habían proporcionado insulina.
El sábado también llegó a ese albergue en Jiquilisco Joel Castillo, de 87 años, veterano de guerra. Él necesita ser operado y su familia no tiene dinero suficiente. Toma medicinas para la hinchazón, ha perdido la vista, padece de la próstata y necesita atención médica especializada. Vino a El Salvador procedente de México junto a su hija.
Ese mismo sábado fue trasladado a otro lugar, en la Costa del Sol.