Cultivo de arroz en crisis por pagos tardíos de varios molinos

Los arrozales cada vez más vienen en detrimento, aseguran los agricultores de Atiocoyo Sur, donde hace unos diez años cultivaban 800 manzanas y ahora solo 45.

Por Jessica Guzmán

2020-02-13 4:30:00

El cultivo del arroz está atravesando una nueva crisis, aseguran los agricultores arroceros, debido a varios factores. Uno de los principales es el pago tardío de los industriales a los agricultores, quienes sobreviven el día a día.

La depresión de este cultivo es tal que luego de producir 800,000 quintales de arroz, ahora solo se cosechan 250,000 a nivel nacional, ya que solo en zonas como el Distrito de Riego de Atiocoyo Sur, en La Libertad, de 800 manzanas que se cultivaban hace diez años, ahora solo se trabajan 45 manzanas. Eso da una dimensión de reducción significativa no solo en la cosecha o en la producción, sino en la pérdida de empleos.

“El cultivo del arroz siempre ha sido dinámico, sembrando, cosechando y así, pero ahora estamos en un bache y aunque el productor no ha perdido el deseo de trabajar, sí ha perdido la fe en el cultivo del arroz, porque algunas industrias caen en pagos tardíos de tres meses o hasta seis meses”, explicó Antonio Godoy, representante de los agricultores de arroz en Atiocoyo Sur, San Pablo Tacachico, en La Libertad.

Godoy agrega que los productores viven endeudados con la banca, ya que muchos de los industriales no les pagan a 22 días, tal como lo establece el contrato entre productores e industria denominado Convenio para la Comercialización del Arroz Granza, el cual entró en vigencia en agosto del año 2000.

Los participantes de dicho Convenio son los productores, los industriales o molinos como se les llama, el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG), la Bolsa de Productos y Servicios de El Salvador (Bolpros), la Cámara Agropecuaria Agroindustrial (Camagro) y el Ministerio de Economía.

Sin embargo, los productores lamentan que ninguna de las cuatro instituciones “hace nada para presionar o gestionar ante los industriales” para que les paguen a tiempo la compra del arroz.

La situación empeoró cuando entre 2015 y 2017 una empresa procesadora de arroz no les canceló una compra del grano y a la fecha les sigue adeudando $1.5 millones, según estimaciones de los representantes de asociaciones de cultivo de arroz.

“El problema que estas ventas se hacen por medio de Bolpros y ellos no responden por ninguna deuda de los molinos, porque solo actúan como intermediarios y registran la venta y la compra; pero esa empresa nunca pagó”, dijo Godoy.

Por su parte, la representante de la Asociación Agropecuaria Sector 5 de Zapotitán, Beatriz López Crespín, dijo que dentro de ese $1.5 millones a su asociación la empresa en cuestión le adeuda $850,000.

“Estamos hablando que más los gastos procesales ya asciende al millón, porque nosotros les estamos siguiendo un caso que está en proceso, aunque no ha avanzado; pusimos el caso ante la Fiscalía General de la República”, aseguró López Crespín.

Noe Flores, jornalero en el Distrito de Riego de Antiocoyo Sur, La Libertad, abona el arrozal. Foto EDH / Jessica orellana.

Temor sobre el CAFTA

Otra de las preocupaciones que tienen los arroceros es que el Tratado de Libre Comercio entre Centroamérica y EE.UU. (CAFTA, por sus siglas en inglés) es que al 2022 la importación de arroz entrará al país con arancel cero.

“El Salvador otorga una cuota inicial de 62,220 tm (toneladas métricas o 1,371,702 quintales) en arroz granza o paddy con un crecimiento anual del 2 % en la mayoría de los años, con un incremento adicional de 3,000 tm en el sexto año. Durante 18 años, las importaciones de las cuotas de arroz granza y de arroz “precocido” estarán sujetas a las reglas del convenio de arroz para distribución a los industriales que participen en la compra de producción nacional”, establece el convenio sobre el arroz.

Esto genera incertidumbre a los productores, ya que temen que los industriales ya no les comprarán la poca producción que cosechan.

El cultivo del arroz ha bajado su producción significativamente en el país. Agricultores piden al gobierno que active una política agrícola urgente.

La migración

El panorama no es nada alentador para los productores de arroz, y ante las deudas, la presión de la banca, la incertidumbre del CAFTA y la falta de apoyo de instituciones como el MAG, según señalan los arroceros, muchos han dejado sus tierras para emigrar a Estados Unidos.

Ever Eliel Pineda, presidente de la Asociación de Regantes de Nueva Concepción, asegura que muchos no quieren ver el problema, porque no le dan valor al sector agrícola. Pero asevera que son los agricultores los que proveen de la canasta básica al país.

“Muchos de los agricultores se han ido en las caravanas que salen para Estados Unidos, porque ya no saben cómo hacer aquí. Estamos luchando con el tema de la migración. Yo creo en mi país, creo que podemos desarrollarnos en el rubro agrícola, pero cada vez la situación se pone más difícil”, dice Pineda.

El representante de los arroceros de Nueva Concepción explica que aunque quisieran dedicarse a sembrar maíz en lugar de arroz no es posible, ya que se necesitaría de inversiones fuertes para adaptar las tierras, ya que los terrenos para arrozales son humedales.

“Nosotros quisiéramos saber si el gobierno está trabajando o piensa trabajar en alguna política agrícola para incentivar a los agricultores, y no solo en el arroz, ya que nuestros agricultores se nos están yendo, entonces a la vuelta de tres años este problema estará triplicado”, advierte Pineda.

Las ganancias de los agricultores por manzana de arroz “son mínimas”, asegura el productor de Nueva Concepción.

Según sus datos, la ganancia se mide por cosecha (la de invierno y la de verano) y por cada manzana de arroz el productor puede sacar $700, pero de ahí debe deducir los pagos de los jornaleros. Por cada manzana son cinco jornaleros en tiempo de siembra y en época de arranque puede aumentar; a eso se le suman los insumos contra las plagas y los abonos.

Los productores esperan una respuesta del gobierno sobre qué hará con estos distritos de riego, cómo incentivará al sector y protegerá a los productores nacionales, “pues no solo se trata de dejarlos morir, hay familias de por medio que viven de eso”, señala Pineda.