Tras el ofrecimiento del presidente de Guatemala, Alejandro Giammattei, de un puerto en territorio guatemalteco para que El Salvador “tenga salida” al Atlántico, exportadores salvadoreños externan sus interrogantes sobre la novedad del anuncio, pues ya mueven mercancías por el Atlántico.
Silvia Cuéllar, directora ejecutiva de la Corporación de Exportadores (Coexport), explicó que El Salvador ya mueve mercancía por el Atlántico y lo hace por dos puertos, uno es el puerto guatemalteco Santo Tomás de Castilla.
“Actualmente, la operación de El Salvador en el Puerto Santo Tomás es de 30 % y en este momento el volumen que manejamos con ese puerto se maneja bien, hay espacio. El problema que se da es en todo lo que hacés en trámites allá”, explica Cuéllar.
Lo que explica la directora de Coexport contrasta con lo dicho por el presidente Nayib Bukele este lunes, tras la reunión con Giammattei en Casa Presidencial.
“En el caso del puerto en el Atlántico básicamente sería nuestra salida al mar. Los salvadoreños podrán ir a las playas del Atlántico y nuestras mercancías van a poder entrar por el Atlántico y viceversa y como habrá Unión Aduanera, lo que se descargue vendrá directamente a El Salvador”, expresó Bukele sobre el ofrecimiento de su homólogo.
La representante de los exportadores dijo que lo viable en este momento sería un acuerdo entre ambos países para que en el Puerto Santo Tomás se haga un espacio especial para agilizar los trámites de mercancía para El Salvador.
Además del puerto guatemalteco, la mayor terminal marítima por la que El Salvador mueve mercancía por el océano Atlántico es Puerto Cortez, de Honduras.
Ante ello, los exportadores se hacen varias preguntas como: ¿Cuál es la necesidad de un puerto de El Salvador en territorio guatemalteco? ¿Serán los impuestos fronterizos los que bajarán? ¿Será más ágil la movilización de mercancía?.
El presidente guatemalteco no dio mayores detalles del proyecto del puerto, sólo dijo que sería mediante una “alianza”.
“Nosotros estaríamos dando una concesión de una alianza público privada a El Salvador; necesitamos ver los estamentos legales, jurídicos que debemos de seguir”, expresó Giammattei.
Por ello, a Cuéllar le surgen más interrogantes: ¿Qué alcances tendría un proyecto de tal magnitud? ¿Lo construiría El Salvador?.
De ser así, la directora de Coexport plantea que entonces cuando acabe el convenio con Guatemala la inversión de esa infraestructura quedaría en territorio guatemalteco. Otra inquietud que le surge es si El Salvador tendría en concesión un espacio dentro de uno de los puertos de Guatemala y si entonces en ese puerto se llenarían los permisos fronterizos. Nada de eso está claro.
Pero Bukele, quien tampoco dio detalles de la inversión o del plan, aseguró el lunes que “esto beneficiará a El Salvador, pero también muchísimo a Guatemala; toda la inversión que vamos a hacer en ese puerto, en los alrededores, hoteles, empresas de logística, va a desarrollar una zona de Guatemala y va a generar empleo en Guatemala y a la vez generará desarrollo económico y empleo en El Salvador”.
Si bien Cuéllar ve con buenos ojos que haya iniciativas que traten de impulsar la competitividad y el desarrollo en beneficio de El Salvador, señala que debe haber claridad en los términos de esas iniciativas.
“Creo que sí es una buena iniciativa, pero no conocemos los detalles. ¿Pero qué pasa con nuestros puertos? En el puerto de Acajutla se acaba de invertir en dos grúas y tiene capacidad de manejar más mercancía”, apuntó Cuéllar.
Los exportadores esperan que en los próximos días el gobierno les invite a una reunión para explicarles la visión de esa iniciativa y que ellos puedan dar sus aportes al respecto, ya que no hay seguridad de que sea lo más viable para agilizar la movilización de mercancía desde el puerto guatemalteco Santo Tomás.
Sobre el paso libre en fronteras
Otro de los compromisos que han adquirido ambos países fue el del libre tránsito de personas, eso a pesar que ya existe desde 2006 el convenio de la Visa Única Centroamericana CA-4.
Sin embargo, según los mandatarios, ese acuerdo no dio los frutos esperados, ya que nunca se acabó con la burocracia y tramitología engorrosa en los puestos fronterizos.
Para Cuéllar, este punto dentro de los acuerdos es vital, ya que es lo que tanto han esperado los exportador, pues ambos países aseguran que el libre tránsito de personas será ágil dentro de un mes y que el de mercancías lo será en cuatro meses.
“Eso significaría fronteras abiertas: pase adelante es lo que hemos estado pidiendo. Hemos pedido Unión Aduanera porque eso significa cero burocracia, pero esperamos que el furgón pase sin retrasos”, opinó Cuéllar.
Para la directora de Coexport, este punto de la Unión Aduanera se ha retrasado porque los países no han establecido claramente cómo se distribuirán los impuestos de tránsito de mercancías.
Cuéllar aseguró que la mercancía en tránsito debe pagar el impuesto al país donde llega, es decir, el país de destino y no por los países por donde pasa, por lo que espera que eso se aclare y se establezca en el convenio bilateral.