“A la 1:00 de la tarde ya sentía los dolores y así estuve hasta las 10:00 de la noche”, recuerda Gladis Guadalupe del Cid Flores, madre de los quintillizos, quienes nacieron el 19 de enero de 1995.
Para la familia, que los hermanos llegaran a sus 25 años de edad les parece una bendición; pocos tenían esperanzas que crecieran y se desarrollaran plenamente a causa de que nacieron prematuros.
Gladis y Abel dicen que en la crianza de sus quintillizos y de su primer hija nunca fueron desamparados.
Cristian del Cid, fue el tercer bebé en nacer, asegura que crecer con sus cuatro hermanos ha sido un gran apoyo, “cualquier cosa que necesitamos nos ayudamos entre sí, siempre nos hemos llevado bien, aunque a veces hemos discutido”, expresa.
Los quintillizos han elegido el camino que quieren construir, por ejemplo Cristian fue el primero en formar su propio hogar y ya es padre de una niña de cuatro años a quien, junto a su esposa, llamaron Lindsay Betzabe.
Oswaldo, el cuarto hermano, viajó a Estados Unidos para trabajar. Allá vivió durante 8 meses junto a su hermana mayor, pero la nostalgia lo hizo regresar. “Fue el único cumpleaños que pase lejos de ellos” dijo. Actualmente él trabaja en el Centro Nacional de Registros y está próximo a convertirse en padre, a su primer hija le pondrá Aileen Valeria.