LA UNIÓN. Cada año, cientos de tortugas marinas regresan a desovar a la playa El Icacal, en la zona costera de La Unión. En los últimos cuatro años, un grupo de lugareños se encargó de proteger los huevos contra los depredadores naturales y del mismo ser humano; además se aseguraron de que las crías llegaran hasta el mar. Este año ese acompañamiento quedó en el limbo y la amenaza más fuerte es que esos miles de huevos terminen en el comercio ilegal.
El Icacal es una playa de 13 kilómetros de extensión, del municipio de Intipucá, en el departamento de La Unión. El lugar es atractivo para las tortugas porque hay poca intervención humana, cada noche la oscuridad se apodera de las playas y proteger a las tortugas. Por el contrario, las playas iluminadas, con reflectores, ahuyentan a los quelonios.
A El Icacal las que más llegan son las golfinas y las prietas.
Entre junio y diciembre, las tortugas marinas llegan a las playas a dejar sus huevos. En El Icacal, el año pasado en ese periodo, los lugareños recolectaron 37,474 huevos, los cuales cuidaron en el vivero de la playa y lograron que eclosionaran 33,103 tortuguitas que posteriormente fueron liberadas cerca del mar.
Pero este año no habrá vivero en el mismo terreno. La noticia fue dada por representantes del Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales (MARN) y la causa es que el terreno donde ha funcionado por cuatro años el vivero es propiedad privada. Esa situación es un obstáculos para recibir el financiamiento para el proyecto, el cual llega a través del Fondo de Inversión Ambiental de El Salvador (FIAES). El ministerio analiza la posibilidad de abrir otro pero en la misma playa, en una propiedad del Estado.
Para los pobladores el golpe del cierre del actual vivero es doble. Por un lado están conscientes del impacto ambiental que tiene la retirada del proyecto. Por otro les corta de tajo el ingresos a 46 recolectores de huevos y a cuidadores.
“Es un daño al medio ambiente que le están provocando porque las tortugas continuarán en su temporada saliendo a desovar, y esos huevos a dónde irán, si ya no contaremos con el corral”, dijo Juan Carlos Hernández, viverista del corral de la playa El Icacal.
La labor del grupo de lugareños ha sido ubicar los puntos donde las tortugas llegan a desovar, recolectar los huevos y llevarlos al vivero en donde les han pagado $2.50 por docena de huevos. Y por cada docena entregada, el recolector dona dos huevos.
Sin está dinámica, los huevos terminan siendo vendidos par el consumo en los mercados, con precios entre $3.00 y $5.00 la docena, pese a que esa practica es ilegal y pueden terminar capturados.
El coordinador de Agencia de Desarrollo Local de La Unión (Adel), que administra el vivero, Mario Chavarria, teme que no se pueda establecer el vivero en El Icacal. “Hay afectaciones en relación a la conservación de la tortuga y también la parte económica de las familias que son los recolectores de los huevos”, expresó.
El corral o vivero es parte de un proyecto de conservación de la tortuga marina que financia FIAES y es ejecutado por organizaciones no gubernamentales.
Los corrales están a orillas de la playa, son hechos de madera y rodeados con malla metálica; tiene un relleno de arena para hacer los orificios de los nidos y poder enterrar los huevos que luego son monitoreados por los encargados del corral.
La liberación de las crías es generalmente un acontecimiento importante que se realiza en presencia de personas de las comunidades o alumnos de las escuelas de la zona e incluso turistas, con el objetivo de crear conciencia ambiental.
FIAES, a través de la unidad de Comunicaciones, informó que en la reciente convocatorio del concurso para proyectos ambientales, el proyecto del vivero de playa El Icacal no fue incluido. Añadió que de acuerdo con la información del MARN, el terreno donde se ha ubicado el corral en años anteriores es propiedad privada y actualmente hay un litigio sobre esa propiedad.
Juan Hernández, y otros lugareños, opinan que hubo un descuido del ministerio en no averiguar anteriormente si el terreno era propiedad privada o del Estado.