Oso, un perro que fue abandonado cuando era cachorro, se ha dedicado en las últimas semanas a buscar koalas y quolls (pequeños mamíferos nativos de ese lugar) heridos en los incendios forestales en Australia.
Se trata de un perro, raza cruzada y diagnosticado con trastorno obsesivo compulsivo, entrenado para encontrar animales enfermos o heridos en reservas forestales; sin embargo, con la realidad de los incendios a cuesta sus tareas cambiaron y por hoy participa en los rescate de esos pequeños animales.
El trastorno obsesivo–compulsivo (TOC) es un trastorno de ansiedad, caracterizado por pensamientos intrusivos, recurrentes y persistentes, que producen inquietud, aprensión, temor o preocupación, y conductas repetitivas denominadas compulsiones, dirigidas a reducir la ansiedad asociada.
“Este es el primer año que estamos involucrados en los incendios”, explicó a medios locales Romane Cristescu, su cuidadora y ecologista en la University of the Sunshine Coast, a Reuters. “Es un poco más peligroso de lo que usualmente hacemos”, agregó.