A veces pareciera que la vida es un bosque lleno de senderos, donde no podemos ver el final por su espesor y donde solo sabemos que debemos decidir por un camino. La vida en cierto modo es así: elecciones que nos llevan a un lugar u a otro, a conocer a una persona o a otras. Del libro “Historias” de Alexander Caber, les comparto una nueva historia para fantasear un poco sobre los desenlaces de nuestras vidas según los caminos que decidamos escoger.
“En una mañana cualquiera, me encontraba en la estación del tren, con una tranquilidad muy poco usual, que me permitió apreciar la cantidad de rieles que había, los múltiples trenes que transitaban y las miles de personas que los abordaban a diario. Tantos trenes, tantas estaciones, tantos destinos, y sobre todo, tantos lugares y tanta gente.
Todos abordando su tren, unos se iban para nunca volver, mientras que otros regresaban a diario.
De pronto, un silencio sepulcral se apodero del lugar y una espesa niebla me hizo darme cuenta de que me encontraba solo, o al menos eso creía. De repente, un anciano se acercó a mí y me pregunto qué estaba esperando en la estación. Y le contesté rápidamente que esperaba abordar el próximo tren para llegar a mi destino.
El anciano me dijo: Si lo has notado, solo quedan cuatro trenes por abordar, todos te llevan al mismo sitio y no me preguntes cuál es, porque eso ya lo sabes. Pero lo importante no es eso, sino las estaciones que hará cada tren, el recorrido que tienen, su duración, las personas que se subirán y bajarán de él, las oportunidades de cambiar de vagón y las opciones que cada uno te presente según arriben a un lugar u otro. Pero eso sí, no hay forma de conocer todo eso sin abordar algún tren.
—No parece una elección fácil— le dije a aquel anciano, porque una vez que tome un tren, nunca sabré si escogí el correcto, si me perdí de ver nuevos lugares, o de conocer personas distintas a las que abordaron mi tren.
El anciano se sonrió y me dijo: Tú has supuesto eso, pero yo jamás te dije que abordar implicaba no poder volver a elegir para cambiar de tren. Es cierto, lo que queda atrás, quedara atrás, y si lo vuelves a encontrar en otra estación, probablemente será distinto, pero eso no significa que sea mejor o peor.
Elegir un camino no es lo difícil en la vida, por más incierto que eso parezca. El verdadero reto está en saber dirigir tu rumbo cuando tu vida ya va en marcha. Porque, aunque el tráfico natural del tiempo nos lleve impulsivamente para adelante, haciéndonos creer sin cuestionarlo que ya no hay forma de volver, la realidad es que en el momento que decidamos cambiar de tren, la vida puede llevarnos a los lugares que dejamos atrás, aunque éstos ya no sean los mismos. Al final, la vida es cuestión de elección, y sin importar el tiempo, cualquier momento es un buen momento para volver a elegir.
Con las palabras del anciano la niebla se fue del lugar, y con ella regresó el ruido y todos los trenes, me levanté y abordé mi tren, pero ahora sabiendo que en cualquier momento puedo volver a elegir”.
Creer en las nuevas oportunidades es tan místico como imaginarte bailando todos los días de madrugada. Las nuevas oportunidades son tan diversas, pueden ser un cambio de mentalidad para mejorar, una nueva forma de vivir tu matrimonio, cambio de empleo, de carrera profesional. En fin, lo que puedas imaginar. Lo importante es entender que pase lo que pase, cualquier momento es bueno para elegir, y eso solo depende de ti.
Abogado