La macabra y triste historia de los “huérfanos de Ceausescu” de Rumania

Después de 30 años, muchos de los huérfanos siguen en centros de atención y la mayoría tiene alguna discapacidad física o mental como secuela de la época de la dictadura.

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Muchos de los sobrevivientes aún se encuentran en orfanatos y tiene alguna discapacidad mental, física. Foto AFP

Por N. Hernández / Agencias

2019-12-26 9:44:57

Los niños necesitan interacción, atención y cariño desde su primer día de vida, esto funciona como un “nutriente” para su cerebro. Por ello cuando los niños sufren violencia, problemas socioeconómicos extremos, abusos o están en ambientes tóxicos, el cerebro no logra hacer conexiones neuronales y esto puede dificultar el aprendizaje y  comportamiento.

Esta fue la conclusión principal a la que llegó Nathan Fox, un científico estadounidense y su equipo. Todo empezó en un antiguo orfanato de Rumania, donde el silencio imperaba en la habitación, a pesar que había hasta tres bebés en cada cuna. El silencio profundo sorprendió al científico porque los bebés no lloraban.

“No escuchábamos el llanto que generalmente escuchas en una guardería”, contó Fox, quien es profesor en el Departamento de Desarrollo Humano de la Universidad de Maryland, en Estados Unidos, a la BBC.

Pero, ¿por qué no lloraban los niños? años después se descubriría que el silencio era resultado de años de negrigencia y ausencia absoluta de estímulos.

“Llegamos a la conclusión de que esto se debía a que nadie respondió a estos gritos. No hubo una interacción típica entre un cuidador y un niño, entre una madre y un niño. Nadie los atendió cuando lloraban”, explicó.

En 1989, cuando el líder comunista Nicolae Ceausescu fue fusilado junto a su esposa, más de 20,000 niños habían muerto en los orfanatos de Rumania.

Treinta años después de la muerte del ex dictador Nicolae Ceausescu, los orfanatos todavía están llenos de niños y adultos, debido a la política del régimen. Foto AFP

Ceausescu gobernó por un cuarto de siglo, al principio de su mandato, en 1960, aprobó un decreto que restringía el aborto y el acceso a anticonceptivos porque quería revertir la baja tasa de natalidad que quedó en el país después de la Segunda Guerra Mundial para evitar la despoblación.

El decreto tenía un control absoluto de la vida reproductiva femenina, las autoridades en esa época eran conocidas como “policía menstrual” porque sometían a las mujeres a pruebas ginecológicas obligatorias y monitoreaban sus embarazos. Además, las parejas que no podían tener hijos eran obligadas a pagar más impuestos.

Los niños que nacieron a partir de esta polémica política fueron llamados “Niños del Decreto”. Entre las décadas de los años 70 y 80, la tasa de natalidad aumentó, pero también aumentó el número de niños bajo el cuidado estatal porque más de 100 mil niños estaban en orfanatos.

También aumentó la mortalidad materna e infantil y el número de niños abandonados.

Con tanta demanda, los centros de cuido infantil se inundaron y el personal fue incapaz de cuidar de los pequeños. Además, entre más grande era la población internada en los orfanatos, más deplorables eran las condiciones.

En las cunas debían dormir hasta tres bebés, eran abandonados en las habitaciones por días sin tener contacto con adultos ni ser alimentados, se mantenían en habitaciones entre excremento y la mugre del día a día. No jugaban, tampoco hablaban y muchos de ellos tenían o desarrollaron problemas mentales.

En los orfanatos se daban abusos físicos y sexuales, sobre todo en aquellos donde estaban internados los niños con discapacidad, de acuerdo con los documentos de la época.

“Estos niños no son atendidos, están retenidos. Viven en habitaciones oscuras y sucias, con excrementos por todas partes. Son niños que necesitan la mejor atención pero reciben la peor posible”, indicaba un reporte de la BBC de 1990 sobre un orfanato rumano para niños con discapacidades.

El calvario de los niños terminó en la Navidad de 1989 con la caída de Ceausescu y la cobertura de prensa. Periodistas dieron a conocer la difícil situación de estas decenas de miles de niños y esto conmocionó al mundo.

Un adulto rumano discapacitado y huérfano aprende palabras con un psicólogo el 25 de noviembre de 2009, en el orfanato Targu Jiu, en el suroeste de Rumania, después de ser transferido del orfanato de Bilteni, considerado el peor lugar para los niños bajo la dictadura del ex presidente rumano Nicolae Ceausescu . Foto AFP

Algunos niños fueron finalmente adoptados por familias extranjeras, particularmente de Reino Unido, Canadá y Estados Unidos, otros permanecieron en los refugios, sin ningún lugar a donde ir y en condiciones insatisfactorias.

Nathan Fox y otros colegas científicos fueron llamados en 2001 por el nuevo gobierno rumano para evaluar los impactos que esos lugares han tenido en la vida de los niños y encontrar formas de intervenir.

“Hemos podido examinar la causalidad y decir con gran certeza que la adversidad temprana tiene un impacto en el cerebro, que la estimulación o la interacción son cruciales para la arquitectura del cerebro, y si no hay cambio de circunstancias para estos niños, estos efectos pueden durar toda la vida y ser una gran carga para la sociedad “, indica el experto.

La triste vida de los “huérfanos de Ceausescu” de Rumania ayudó a la ciencia a saber qué tan importante es la relación sociales desde el nacimiento y lo imprescindible que es desarrollar en los niños el apego emocional.

Ahora es posible que haya justicia para las decenas de niños que sufrieron y vivieron esta macabra historia porque el Instituto para la Investigación de Delitos Comunistas, un organismo estatal que investiga los abusos durante la era socialista, comenzó a investigar a docenas de personas con responsabilidad directa o indirecta en el caso de los “huérfanos de Ceausescu”.

Su caso finalmente podría llegar a los tribunales en 2020. Lee la nota completa en el siguiente enlace: www.bbc.com

Dictador Nicolae Ceausescu.

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