Una bonita experiencia ser parte del cuerpo técnico de Alianza Women en el primer torneo femenino de Primera división. Fue un camino muy difícil el que nos tocó en el campeonato porque estuvimos en el Grupo Oriente, donde nos tocó enfrentar los viajes largos, la temperatura, las madrugadas y regresar de noche a casa. Pero todo esto nos fue uniendo más como familia, ya que tuvimos más tiempo para compartir; hacíamos los tres tiempos de comida juntos.
Enfrentamos a rivales fuertes y la semifinal fue durísima. Al principio estuvo pareja, ya que enfrentamos a un rival como Municipal Limeño con jugadoras de experiencia que nos complicaron por momentos en ambos partidos. Pero al final prevaleció la unión, la experiencia y el roce internacional de nuestras jugadoras, que hicieron la diferencia. Nos terminamos llevando el boleto con mucha categoría y solvencia.
Ser campeón con Alianza Women es algo único que siempre soñé porque es el club que amo desde pequeño. Y encima, enfrentar a FAS, que es un rival con el que no podés perder ni en una charamusca.