AHUACHAPÁN. A 30 minutos de camino desde la ciudad de Atiquizaya y a 1,140 metros sobre el nivel del mar está escondido un atractivo natural rodeado por abundante vegetación.
Se trata de los ausoles, conocidos como Calderón, ubicado en el cantón El Tortuguero, que en temporada del cultivo de maíz los lugareños y turistas llegan para cocer elotes y degustarlos acompañados del fuerte sonido que emanan las venas volcánicas que existen en el lugar.
Bastan 45 minutos para que los elotes, que son colocados en pequeños agujeros en sacos y cubiertos de zacate, estén listos.
Otras familias llegan para cocinar a vapor alguna sopa, por lo que pasan largas horas en el lugar que, curiosamente, es una especie de lunar ante la abundante vegetación que se encuentra a su alrededor.
Otras de las ventajas que ofrece el sitio es que las personas pueden caminar por la manzana y media de extensión de terreno donde se distribuyen pequeños ausoles, lo que hace única la experiencia para los visitantes, ya que por ser venas pequeñas pueden tener ese privilegio.
Esto, respecto a otros ausoles ubicados en el departamento, donde es mayor la ebullición y el constante burbujeo del agua que se forma por las altas temperaturas que emanan desde el interior del suelo.
Oliverio Aguilar tiene 12 años de residir a cuadra y media de esos ausoles. Su casa es la más próxima porque las otras se ubican a casi un kilómetro de distancia.
“Nunca se ha oído una tragedia, que alguien se haya quemado”, relata el lugareño de 67 años. La ventaja, reconoció, es que los pequeños ausoles que existen no lanzan agua hirviendo a grandes alturas, sino que se quedan a nivel del suelo, a diferencia de otros que sí lo hacen en la cabecera departamental.
“La invitación es a que visiten el lugar para que tenga más afluencia de gente y tal vez llega a ser un centro turístico”, dijo Oliverio.
Agregó que en el cantón existen otros dos lugares en similares condiciones, pero ellos están a una distancia de 1 y 6 kilómetros del ausol de Calderón, respectivamente.
Otra residente y que trabaja como promotora social de la alcaldía, Marina Lima, contó que hay personas que llegan para bañarse con las aguas azufradas, ya que son consideradas medicinales.
La práctica la realizan en la parte baja del área, donde el agua corre tibia y se consume en los mismos terrenos de la comunidad.
Otras personas, sobretodo habitantes de la zona, también llegan para extraer una especie de masa que queda tras el paso del agua hirviendo y utilizarla para pintar sus viviendas.
“Antes era pequeño el ausol y en su alrededor se cosechaba maíz y frijol, pero conforme el tiempo ha ido tomando más fuerza y se ha hecho más grande el área caliente. Por esa situación, algunos intentaron sembrar por última vez hace 5 años y vieron que no les rindió, ya no les creció. Ahora ya no se pudo cosechar”, relató Marina.
Las personas que deseen información para visitar este atractivo natural pueden llamar al número telefónico 2404-6601 de la alcaldía municipal.