“Queremos dejar de ser olvidados”, piden personas con discapacidad y exigen inclusión en el transporte público

Decenas de personas con discapacidad marcharon para exigir a las autoridades de gobierno que se implementen medidas adecuadas para garantizarles la movilidad en el transporte público y en otros espacios de las ciudades, carreteras y pueblos de El Salvador.

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Jonathan Tobías

Por Jonathan Tobías

2019-12-07 7:44:46

Un centenar de personas con discapacidad física marcharon la mañana del viernes desde la Plaza Las Bandera, frente a CIFCO, hasta el Ministerio de Obras Públicas, para presentar una solicitud formal en donde exigen el derecho a la accesibilidad en el sistema de transporte público. Personas no videntes, sordomudas o con algún impedimento para caminar, se sumaron a la iniciativa.

Recorrieron el tramo en sus sillas de rueda, con muletas, cargando un bastón. Algunos, incluso, llevaron en sus manos letreros con frases como “transportistas, respeten a las personas con discapacidad” o “Señor ministro, exigimos buses accesibles para las personas con discapacidad”, reflejando el descontento frente a lo que consideran un mal servicio.

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Los organizadores del evento sostienen que ni 100 unidades de transporte público, en todo el país, cuentan con las condiciones para ser utilizadas por personas con algún tipo de discapacidad. “Estamos preocupados porque las unidades de buses que circulan en el país no son inclusivas para nosotros”, expresó Carlos Montes, Coordinador de Cesta Amigos de la Tierra, una de las organizaciones que se unió a la marcha en apoyo.

“Queremos dar a conocer nuestros derechos y dejar de ser personas olvidadas por las sociedad”, declaró, además, Juan Torres, un adulto no vidente que acompañó la marcha. Él y el resto de personas que asistieron, concuerdan en que generar rampas para quienes utilizan silla de ruedas, señalizar las aceras y las paradas de buses, el uso de etiquetas en lenguaje braille, la iluminación adecuada y dar a conocer la trayectoria del bus de forma auditiva, son algunas de las medidas que se pudieran desarrollar a mediano plazo.

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Además, se pide que cada unidad de transporte no exceda el máximo de pasajeros y que cerca de las puertas se cuente con asientos exclusivos para personas con discapacidad. Entre sus observaciones, también incluyeron que la conducción temeraria y la música estridente contribuyen a generar un ambiente intimidante, confuso e incómodo para los pasajeros.

“Una vez me dejaron bien lejos de donde me bajo, porque el conductor llevaba una música bien fuerte que no escuchaba cuando me quería bajar”, recuerda una de las adultas mayores que se unieron a la iniciativa.

Los organizadores argumentan que hace falta un mayor control y compromiso en verificar que las pocas iniciativas existentes se mantengan funcionando y que se identifiquen nuevas formas de integrar a la comunidad de personas con discapacidad en los planes de desarrollo y movilidad de las ciudades y pueblos en El Salvador.