La parroquias de San Francisco de Asís, en la ciudad de San Miguel, y la parroquia Nuestra Señora de Candelaria, en Moncagua, ambas del departamento de San Miguel, fueron saqueadas la noche del martes por una supuesta banda de ladrones que buscan obtener dinero mediante las antigüedades religiosas.
El padre Leodán Hernández confirmó que el sagrario de madera, forrado con lámina troquelada y bañada en plata, fue retirado del altar mayor durante la noche del martes o madrugada del miércoles.
“Creo que es una acción impulsada por coleccionistas de antigüedades, me imagino que el coleccionista es una persona muy educada, muy culta, y está dentro de este mercado y tiene su banda de ladrones que esta muy cerca de los templos, iglesias, y ellos conocen muy bien y aprovechan la oportunidad para poder robar”, expresó el padre Hernández.
El religioso estima que el sagrario puede tener entre 100 y 60 años de antigüedad. “Creo que era venido de Italia, porque es un patrimonio que dejaron los padres Franciscanos cuando ellos estaban acá, y venían de Benetto de Italia… El valor histórico es muy importante, es una de las cosas antiguas. Monetariamente no sabría decir (el precio)”, comentó.
Desde hace tres semanas iniciaron los trabajos de reconstrucción en la parroquia San Francisco de Asís, que se encuentra cerrada al público y ha sido protegida con una especie de valla de seguridad fabricada con láminas. Los ladrones dañaron el candado principal del portón de acceso, pero debido a que las puertas de la parroquia estaban muy bien cerradas ingresaron por uno de los balcones laterales.
En vista de los trabajos de reconstrucción las imágenes religiosas y piezas de valor se retiraron de la parroquia para su protección, sin embargo el sagrario no fue retirado para proteger la madera con el que fue elaborado.
Hace tres años unos sujetos ingresaron a dicha parroquia y se llevaron partes del altar mayor y piezas de lámina troquelada.
El alcalde de Moncagua, Sergio Solorzano, así como elementos del puesto policial de esa localidad, confirmaron que la parroquia Nuestra Señora de Candelaria en Moncagua también fue objeto de hurto. Sujetos ingresaron por la noche llevándose consigo piezas del altar principal.
Una persona que integra la congregación confirmó que los responsables de este hurto ingresaron y salieron por el campanario de la parroquia Nuestra Señora de Candelaria en Moncagua, y cortaron el candado de la puerta que conecta el campanario con la iglesia.
“Se llevaron la corona y la candela de la virgen, la corona y el Niño Jesús y el resplandor”, dijo la fuente. Al parecer esta sería la segunda ocasión que se hurtan las coronas de las imágenes religiosas en dicha parroquia.