Periodistas de distintos medios de comunicación señalaron la necesidad de que cada medio genere políticas de género y protocolos de actuación ante casos de acoso sexual en cada empresa.
La falta de este tipo de instrumentos permite que los casos ocurran dentro de los medios y que las víctimas o testigos no sepan a quién acudir o cómo denunciar o incluso que no sepan cómo identificar casos de violencia psicológica, simbólica o sexual.
Un diagnóstico sobre el Entorno de Trabajo de las Mujeres periodistas y Comunicadoras Sociales en El Salvador, presentado en 2018 por la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos (PDDH) e Internews, ya indicaba lo expuestas que se encuentran las periodistas y comunicadoras a ser víctimas de acoso sexual al realizar su trabajo.
En el informe se detalló que 9 de cada 10 encuestadas dijo que “existen prácticas que discriminan a las periodistas al interior de los medios de comunicación”. Además, 96.15 % señaló que existen problemas de acoso sexual al interior de sus trabajos.
“El panorama tampoco es alentador para las periodistas en función de su trabajo de campo, el 100 % de las encuestadas señaló ser víctimas de expresiones de acoso sexual durante sus coberturas, de las cuales el 65.39% provienen de sus fuentes informativas”, se expuso en el informe.
Este tema, que ha salido más a la luz ante la investigación iniciada por la Fiscalía General de la República contra Roberto Hugo Preza por denuncias de acoso sexual, se abordó esta semana durante un conversatorio organizado por la fundación Heinrich Böll y la revista Gatoencerrado.
Josselina Roca, periodista de Arpas que participó en la ponencia, sostuvo que en los medios de comunicación es importante que se cuente con políticas de género. “Esa debe ser la respuesta, pero no solo el instrumento si no llevar a la práctica lo que está en el documento”.
Señaló la necesidad de que leyes como la Ley Especial Integral para una Vida Libre de Violencia para las Mujeres (LEIV) se conozcan y se apliquen al interior de los medios de comunicación.
Mónica Campos, periodista de El Faro y autora del blog “La palabra incómoda”, dijo que contar con este tipo de políticas “no solo funciona como una advertencia para la gente que no quiere comprender cómo debe comportarse, sino que también pasa marcos a seguir”.
En El Faro ya se creó una política que contempla sanciones leves, graves y muy graves, dijo Campos, quien añadió que lo que se busca es generar un buen clima de trabajo.
Roca compartió su molestia cuando, ante casos de acoso, lo primera respuesta de muchas personas es cuestionar por qué no se había denunciado antes. “Pero ¿qué pasa cuando se denuncia? Se sabe que, si el dueño del medio maneja la información y tiene conexiones con otros medios, ya se cierran las puertas para trabajar en otros medios”.
Mariana Moisa, del Colectivo Feminista, señaló que casi todas las mujeres que enfrentan violencia, también enfrentan coacción. Puso como ejemplo el caso del expresentador Carlos Toledo Chacón, en el que la víctima tuvo que ser resguardada.
“Durante todo el proceso judicial se le dio resguardo, acompañamiento psicológico, legal. También en el caso concreto de Hugo hay gente que está enfrentando coacción”, agregó Moisa.
Además expuso que, tras el cambio de gobierno y las amenazas que se han dado por redes sociales, desde su organización han emitido alertas internacionales en favor de las periodistas. “Las amenazas son diferentes entre hombres y mujeres periodistas. Contra las mujeres se hace un llamado a la violación masiva”, señaló.
Iliana Cornejo, editora de Diario El Mundo, sostuvo que es importante que dentro de las salas de redacción haya una reflexión sobre el problema para saber cómo prevenirlo y atenderlo. “Es importante que los periodistas no solo sensibilicen a la población sobre el acoso sexual a través de los contenidos, también dentro de las salas de redacción”, expresó.
Moisa reiteró que los medios tienen la responsabilidad de procurar respaldo a sus periodistas, de no sabandonar a sus empleados, tanto cuando la agresión ocurre dentro del medio como cuando proviene de una fuente externa.
En la encuesta de la PDDH se destaca que el 37 % de las fuentes que realizan expresiones de acoso provienen de las entidades del Estado. En general, todas las encuestadas dijeron que la principales expresiones de acoso que sufren son los chistes o expresiones de carácter sexual (40%).
“Tenemos que hacer todo lo posible para formular políticas de cero tolerancia en todos los niveles y en todas las organizaciones. La herramienta más fuerte contra el acoso sexual es la denuncia y romper el tabú, tanto de las personas directamente afectadas como de los colegas alrededor”, expuso Hans-Georg Janze, director de la fundación Heinrich Böll.