Construcciones Nabla nació hace 23 años y durante estas poco más de dos décadas de trayectoria y experiencia edificando proyectos emblemáticos como el primer Walmart en El Salvador y las tres fases del hotel de playa Decameron Salinitas, ha logrado destacarse entre las compañías del sector al punto de recibir el Premio Casalco 2019, uno de los máximos galardones de la industria.
Cada año, la Cámara Salvadoreña de la Industria de la Construcción (Casalco) entrega este reconocimiento a una empresa de la construcción “por su amplia trayectoria y aporte a la economía nacional”.
Rafael Escalón, presidente y fundador de Construcciones Nabla recordó que la empresa nació con apenas tres personas además de él: un ingeniero, un contador y una secretaria. Ahora, su plantilla de colaboradores suma más de un centenar y genera empleo para aproximadamente 1,400 obreros.
Durante estos 23 años, Nabla ha logrado construir proyectos de gran envergadura y que considera “hitos” en su evolución como empresa. Desde el Hiper Paiz Soyapango (ahora denominado Walmart) que en aquel entonces significó una inversión de entre 7 y 8 millones de colones, pasando por el Hiper Mall Las Cascadas en Antiguo Cuscatlán y hasta otros como las tres etapas del hotel de playa Decameron Salinitas en el municipio de Acajutla, Sonsonate.
La compañía se enfoca en construir infraestructura de cuatro grandes divisiones: habitacional, centros comerciales, centros de distribución y hoteles.
El Encanto tendrá su torre de apartamentos de lujo
El condominio estará listo a finales de 2019. Será el primer componente vertical de lujo que formará parte del desarrollo inmobiliario de El Encanto, que incluye residencias horizontales, casa club y un campo de golf de 18 hoyos.
Escalón recordó que el primer proyecto de Nabla fue la construcción de las oficinas de Telemóvil (ahora Tigo), que en ese momento representó un millón de colones de inversión; y su trabajo en Decameron les impulsó hasta un mega proyecto turístico hotelero en Cartagena, Colombia, de $50 millones. “Eso nos permitió no sentir la crisis de 2008/2009”, indicó.
La lista de participaciones de Nabla en la industria constructora salvadoreña también incluye, por ejemplo, a edificios de apartamentos como Vista Tower, de Grupo Roble y Casa del Árbol de Inversiones Bolívar. También cuenta entre sus proyectos Plaza SOHO, la torre Telus en el centro corporativo Las Cascadas y el hotel Hyatt Plaza.
Actualmente ejecuta las obras de Plaza Mundo Apopa, de Grupo Agrisal; las torres de apartamentos Avitat Joy y Torre Cacao de Casas del Árbol; Foresta Tower en el proyecto El Encanto Residencial Country Club y Piazza Centrale en Vía del Corso, el componente comercial del complejo urbanístico Tuscania, por mencionar algunos.
Asimismo, ha expandido sus operaciones hasta el mercado guatemalteco, nicaragüense y hondureño, en este último construyó un resort en Roatán.
Evolución de la industria
El empresario reconoció que el camino no ha sido fácil, sobre todo por el vaivén de la economía local e internacional.
“El sector ha tenido altos y bajos. La construcción va como en la punta de lanza. Si bien somos los que lideramos, cuando llegan las crisis somos los primeros a los que pega”, consideró el empresario.
Sin embargo, de cara a futuro, la perspectiva de Escalón es mucho más optimista, puesto que la construcción es por ahora la actividad económica con un mayor crecimiento y hay políticas públicas atractivas para la inversión.
“Vemos con optimismo el sector. Creo que las condiciones están dadas para que El Salvador tenga un crecimiento estable en los próximos años”, indicó.
El empresario adelantó que, considerando el déficit habitacional del país, “vienen más torres de apartamentos” para 2020, además de dos o tres centros comerciales. El crecimiento de la zona costera y el lanzamiento del proyecto Surf City también generan altas expectativas para el representante del sector.
Finalmente, más allá de las condiciones, el presidente y fundador de Nabla insistió que uno de los desafíos de las empresas como la suya es desarrollar un modelo de construcción industrializado, con un mayor grado de tecnificación de personal y la inclusión de maquinaria y equipos de tecnología y eficiencia. Además, la incorporación de buenas prácticas de construcción sostenible y de conciencia social y empresarial.