El emprendimiento en El Salvador no conoce edades. Desde jóvenes hasta adultos realizan trabajos por cuenta propia que les ofrecen un salario para salir adelante y superarse cada día.
La falta de empleo en el país fue una de las motivaciones para que en el 2017 Guillermo Castañeda, licenciado en Diseño de Producto Artesanal creara su propia marca, la cual lleva su nombre.
La marca está basada en la creación de productos con materiales reutilizables y en el trabajo social con jóvenes en riesgo de la comunidad de Concepción Quezaltepeque, en Chalatenango.
“La meta es llegar a muchas comunidades del país; mientras esa meta no esté cumplida no voy a desistir hasta lograrla”, mencionó Castañeda.
Gustavo Ostorga, estudiante a tiempo completo, es el creador de “One Star Books”, editorial infantojuvenil que toca temas sociales, basados en los objetivos de desarrollo sostenible de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
El joven emprendedor expresó que junto a su cofundadora, María Orantes, observaron la realidad que vive el país y se preguntaron cómo podían mejorar su entorno, por lo que decidieron inculcar valores en la sociedad desde temprana edad a través de libros que eduquen en diferentes temas como amor, respeto, familia, incluso negocios.
También la falta de oportunidades ha sido un factor determinante para que Esmeralda Jiménez y Lorena Torres emprendieran.
Jiménez, propietaria de Panadería La Exquisita, aseguró que pudo emprender gracias a la ayuda de la Casa de la Mujer Tecleña, en donde la asesoraron en diferentes temas para iniciar su negocio, de los cuales ella desconocía.
Jiménez se encuentra emocionada porque ya tiene fecha para poder registrar legalmente a su empresa.
Lorena Torres, fundadora de “Cuadros Louren”, hace cinco años dejó su trabajo debido a la situación laboral y su edad, y retomó sus habilidades en el dibujo.
“Mi sueño y visión es exportar, no regalar, con toda humildad lo digo, no regalar mi trabajo, que sepan que los salvadoreños también tenemos talento”, expresó Torres.